¿Es más difícil la previsión del tiempo en primavera?

¿Fallan más los pronósticos en primavera? Te explicamos por qué.

Irene Santa

Irene Santa

¿Planes a la vista? Una escapada, una barbacoa, un evento al aire libre o simplemente salir al dar un paseo. Consultamos la previsión del tiempo, y vemos que ha cambiado respecto a ayer y al final no estamos muy seguros de si lloverá o no.

Los pronósticos parecen estar menos convencidos de lo que va a ocurrir que en otras épocas del año.

¿Es impresión nuestra o realmente la previsión «acierta» menos en primavera?

La primavera es la estación de transición entre la más fría y la más cálida, de invierno a verano. En muchas ocasiones, la primavera comienza con nieve y acaba con olas de calor, como ocurrió de hecho en la primavera del año 2017.

Normalmente tendemos a quedarnos más con el recuerdo de los fallos que de los aciertos, por lo que no somos del todo imparciales.

Para pasar de un extremo al otro, la atmósfera tiene que sufrir muchos cambios por medio. Por eso, la primavera se caracteriza por ser una época de inestabilidad. Tras el invierno, en las capas medias y altas de la atmósfera el aire todavía es muy frío.

Las ecuaciones que rigen la atmósfera se relacionan con la teoría del caos.

El final de la primavera tampoco es fácil…

Durante las últimas semanas de la primavera, acertar con la previsión tampoco es tarea fácil. Esto se debe a que es cuando comienzan las tormentas asociadas al calor.

Estos procesos, llamados «procesos convectivos», suceden a pequeña escala; es decir, afectan a una zona pequeña, no a toda España. Los modelos meteorológicos que nos ofrecen la previsión a muchos días vista no funcionan demasiado bien con estos procesos.

Hay modelos que lo hacen mucho mejor, pero lamentablemente no son capaces de avisarnos con demasiada antelación.