El volcán Taal mantiene en alerta a millones de personas ante una posible explosión

El volcán Taal se ha relajado algo, aunque los científicos alertan de que no hay que bajar la guardia. Una gran explosión aún es posible durante las próximas semanas.

Mario Picazo

Mario Picazo

Aunque su actividad ha bajado, los volcanólogos alertan del elevado riesgo de una gran erupción se mantiene

El volcán Taal en Filipinas sigue amenazando la vida de miles de personas, a pesar de haber bajado el ritmo de emisiones y temblores. Los volcanólogos del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, siguen de cerca la actividad del volcán que aun registra continuos terremotos. Además, hay otros aspectos de su dinámica que indican que el magma se está moviendo constantemente bajo la montaña. El 12 de enero, Taal, situado en una isla a 60 kilómetros de la capital Manila, empezó a expulsar lava acompañada de una columna gigante de fragmentos de roca a unos 15 kilómetros de altura. Aunque la actividad del volcán ha ido a menos esta última semana, no significa que haya pasado lo peor. 

Ubicación del volcán Taal en el extremo sur de la isla de Luzón a unos 60 km de la ciudad de Manila. Fuente: Google earth

Los expertos mantienen el riego de erupción en el nivel 4, el segundo más alto de la escala del sistema de alerta de volcanes del país. Eso  significa que en cualquier momento podría registrarse una erupción intensa con el consiguiente impacto sobre la población y el entorno, además del potencial impacto que podría tener en el clima global. 

Durante los últimos 500 años, Taal ha estallado unas 30 veces, con cuatro grandes erupciones. En otras ocasiones, el aumento de la actividad sísmica, similar a la observada desde el 12 de enero, precedió a la mayoría de esas erupciones, pero no todos los casos de aumento de actividad sísmica, han resultado en una gran erupción. 

Vista de la erupción del volcán Taal desde el satélite Himawari8 el 12 de enero de 2020. Fuente: NOAA

Hay registros de una gran erupción de Taal en 1754, en la qué el volcán pasó por casi siete meses de actividad. Fue una erupción muy explosiva, que se pausó para luego continuar otros tantos meses. Una erupción tan duradera hoy sería devastadora para las cerca de 2 millones de personas viven a menos de 35 kilómetros del volcán.

Los científicos que monitorean la actividad de Taal dicen que la amenaza de una gran erupción sigue siendo alta sobre todo teniendo en cuenta que en 24 horas se han medido cerca de 450 seísmos relacionados con la actividad subterránea del volcán.  También ha aumentado el temor de que llegue esa gran explosión por la aparición de fisuras en la estructura del volcán y por el retroceso del agua del lago circundante. Según el principal vulcanólogo del instituto, Mariton Bornas, la actividad sísmica en curso sugiere que el magma continúa subiendo a la superficie del volcán desde las profundidades de la Tierra.

Taal amenaza con repetir una erupción como la de 1754 en la que la actividad duró cerca de 7 meses

Momento de la explosión del volcán Taal capado por el satélite Himawari-8. Imagen: NOAA

Jacques Zlotnicki, geofísico del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS) en Aubière, afirma que esta erupción puede durar meses o más. Su investigación sugiere que el volcán está listo para desencadenar una gran erupción. No hay fecha exacta de erupción, pero si acaba ocurriendo inyectará grandes columnas de gas y material sólido a entre 10 y 15 kilómetros de altura. Ese material solo tardaría en  llegar a Manila en unas pocas horas, dependiendo de los vientos predominantes. 

Impacto potencial de Taal en el clima global y el medio ambiente

Cuando un volcán de las dimensiones de Taal entra en erupción y luego en un modo más explosivo, una gran parte del material sólido (aerosoles) expulsado a la atmósfera llega a altitudes que oscilan entre los 15 y 20 kilómetros. Una vez se mezcla con el aire en esa región de la atmósfera, puede permanecer suspendido durante semanas e incluso meses. En ocasiones, la nube volcánica da la vuelta a la tierra impulsado por los vientos predominantes en niveles superiores de atmósfera, los mismos vientos que aprovechan los pilotos cuando vuelan de continente en continente.

Impacto de una erupción volcánica entre la troposfera y la estratosfera. Fuente: NOAA

Si la erupción de Taal acaba siendo tan explosiva como la de Pinatubo (Filipinas) en 1991, esos aerosoles podrían bloquear aproximadamente un 10% de la radiación solar media. Tendría un efecto de enfriamiento, que puede ser más intenso en algunas regiones que en otras, pero ese dependería, entre otros factores, de el patrón de circulación de la atmósfera durante y después de la erupción.

Impacto del volcán Pinatubo en 1991. Tal podría provocar un escenario similar. Fuente: NOAA

Con una mayor concentración de aerosoles, la temperatura global en superficie podría reducirse considerablemente, afectando cultivos y a los principales ecosistemas de la región. Por ejemplo, durante la erupción de Pinatubo, las temperaturas medias del hemisferio norte bajaron cerca de 0.6oC. Simultáneamente, aumentaron las temperaturas de la estratosfera debido a la absorción de radiación solar por la nube de cenizas. Con el tiempo, mientras los niveles de ozono estratosférico disminuyeron, los productos de azufre (dióxido de azufre) expulsados ??por la poderosa erupción pasaron por un proceso de oxidación que los convirtió en gotas de ácido sulfúrico que afectaron  a diferentes ecosistemas a través de la precipitación de lluvia ácida.

Impacto en la temperatura global de las principales erupciones volcánicas más recientes. Fuente: NCAR

Taal puede o no terminar generando un escenario similar al vivido durante otras grandes explosiones volcánicas como la de Pinatubo (1991), Krakatoa (1883) o el Chichón (1982), pero el tiempo lo dirá. Mientras tanto, la gente de Filipinas debe permanecer alerta, y el mundo también, ya que podría tener que adaptarse a un escenario climático temporalmente más frío.