El terremoto de Nepal provocó un cambio en la ionosfera

El Planeta Tierra está conectado y cada evento o suceso nuevo tiene unas consecuencias que afectan a otras zonas, tras el terremoto de Nepal un laboratorio americano descubrió, que hubo variaciones en una de las capas de la atmósfera.

Eltiempo.es IA

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Los desastres naturales forman parte de la vida de la Tierra. El Planeta está vivo y en constante cambio, con alteraciones de todo tipo y en cualquiera de sus biosferas., lo que significa que todo está conectado, que no podemos pensar en situaciones aisladas y puntuales y que nuestro pensamiento sobre cómo funciona el sistema debe ser globalizado.

Los terremotos son grandes ejemplos que, además, nos han dejado un historial de situaciones anteriores que nos han dado experiencia para poder estar prevenidos cada vez que uno o varios de ellos se producen en cualquier parte del mundo. Las cenizas que vierten a la atmósfera y que se quedan en las capas medias y altas pueden provocar, si la erupción es considerable, que se produzca un descenso de las temperaturas medias a nivel mundial o en zonas puntuales.

Hasta ahora se sabía que los terremotos provocaban destrucción y también los temidos tsunamis (como el que tuvo lugar en Indonesia en el diciembre de 2004) pero tras el terremoto del pasado 25 de abril en Nepal, el cual alcanzó la magnitud de 7,9 en la escala Richter, la NASA, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, California (EE.UU) descubrió gracias a un software que desarrollaron, que los electrones de la ionosfera o termosfera sufrieron una perturbación.

El terremoto de Nepal creó ondas de energía que llegaron a alcanzar la ionosfera. El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) realizó mediciones en el momento del terremoto que fueron procesadas por el software del laboratorio americano y que mostraron como los electrones tenían una distribución diferente a la habitual en esta capa de la atmósfera, es decir, que habían sufrido una perturbación.

 

Este descubrimiento es muy útil para poder responder con antelación y planificar sistemas de alerta en caso de que se produzcan otros eventos naturales tales como erupciones volcánicas o tsunamis.