El relámpago del Catatumbo

En una pequeña ciudad al noroeste de Venezuela tiene lugar un singular y único fenómeno meteorológico: el relámpago del Catacumbo.

Mar Gómez

Mar Gómez

En una pequeña ciudad al noroeste de Venezuela, entre el río Catatumbo y el Lago de Maracaibo, tiene lugar un singular y único fenómeno meteorológico: el relámpago del Catatumbo.

Este fenómeno se caracteriza por la aparición de una serie de relámpagos de manera casi continua y se produce cuando los vientos alisios, que penetran en al superficie del lago en las primeras horas de la tarde, obligan a las masas de aire a ascender por el sistema montañoso de Perijá y la Cordillera de Mérida (el ramal venezolano de los Andes).  Al ascender el sistema montañoso dan lugar a la formación y desarrollo de las llamadas nubes de tormenta o Cumulonimbos.

La orografía de la zona es única debido a que el Lago del Maracaibo está rodeado de montañas por sus tres flancos. Cuando el aire caliente y húmedo del Caribe entra en la cuenca del río, choca con el aire más frío de los Andes y es forzado hacia arriba. Después, el vapor empieza a condensarse, formando nubes que producen tormentas. Todo el proceso está impulsado por el suministro constante de aire cálido y húmedo en la cuenca que resulta de la evaporación del lago por el sol ecuatorial abrasador.

El relámpago del Catatumbo es fácil de ver desde cientos de kilómetros de distancia, es decir, desde el propio lago (donde no suelen presentarse nubes durante la noche) por lo que también se conoce como el Faro de Maracaibo, ya que las embarcaciones que surcaban la zona en épocas coloniales podían navegar durante la noche y se guiaban por estas luces.

Tiene una ocurrencia anual de hasta 260 noches, durando hasta 10 horas por noche y pueden produciendo una tasa de hasta 60 descargas por minuto.

Se produce ininterrumpidamente desde el mes de abril hasta noviembre, aunque ha habido años en los cuales se han registrado mas de 260 días de tormenta al año. Actualmente se producen 1.176.000 relámpagos al año.

La energía producida en cada descarga podría encender hasta 100 millones de bombillas, lo que se traduce, en que cada 15 minutos de actividad, bastarían para encender todas las bombillas de Sudamérica.

Anteriormente el récord estaba en la ciudad de Kifuka, en la República del Congo, con una densidad de 160 de rayos por kilómetro cuadrado y con 300 días de tormenta al año.

Las tormentas eléctricas generan una elevada cantidad de ozono y el relámpago del Catatumbo registra la mayor densidad de descargas eléctricas en todo el mundo con 181 descargas/km²/año, pero es muy poco probable que este ozono llegue a la estratosfera y regenere la capa de ozono.