El estímulo económico contra el COVID-19 podría enderezar la lucha contra el cambio climático

Mientras los países del mundo intentan reflotar sus economías con fondos Covid-19, este podría ser buen momento para estimular la lucha contra el cambio climático.

Mario Picazo

Mario Picazo

Los expertos apuntan que si aplicamos fuertes medidas para estimular una economía más sostenible en el corto plazo, podremos reducir las emisiones a largo plazo

VÍDEO: LAS EMISIONES CAEN DURANTE LOS CONFINAMIENTOS PROVOCADOS POR LA PANDEMIA

Para numerosos gobiernos, la pandemia del coronavirus ha supuesto inyectar miles de millones de euros en un plan que ayude a reflotar sus economías.

A nivel global, se barajan cifras astronómicas que rondan un 15 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto), un valor varias veces más elevado que lo destinado a reflotar las economías del mundo hace una década durante la crisis financiera.

Mientras, el esfuerzo económico de muchos gobiernos para luchar contra el cambio climático y alcanzar los acuerdos de París son insuficientes. Con la política actual, vamos camino de calentar la Tierra cerca de 3oC respecto a periodos pre-industriales. De cumplirse ese escenario térmico, los efectos de cambio climático serían devastadores en muchas regiones del planeta.

Los estudios más recientes muestran cómo el descenso de las emisiones de contaminantes a nivel global debido a la pandemia no influirán para reducir el cambio climático.

Con la política actual, vamos camino de calentar la tierra cerca de 3oC respecto a periodos pre-industriales

Sin embargo, los expertos también apuntan que si aplicamos fuertes medidas para estimular una economía más sostenible en el corto plazo, podremos reducir las emisiones a largo plazo y recortar en 0.3o el calentamiento para mediados de este siglo.

Un estímulo de la transición hacia energías limpias tiene que ir acompañado de la reducción de las emisiones de contaminantes como el dióxido de carbono.

Un grupo de científicos de varios centros de investigación del mundo ha presentado una propuesta para contener el calentamiento global a 1.5oC si una fracción de los fondos destinados a recuperar las economías afectadas por el Covid-19, se emplea  para luchar contra el cambio climático.

Cómo salgamos de esta crisis pandémica afectará también la forma en la que nos enfrentamos a la crisis del cambio climático que cada vez se acentúa más. Para muchos el impacto del cambio climático a medio plazo será mucho más devastador que el provocado por el Covid-19. 

La figura superior muestra cómo los paquetes de estímulo de Covid-19 (barras de la izquierda) se comparan con la inversión anual necesaria para una ruta compatible con los acuerdos de París (centro) y el cambio requerido en comparación con las políticas existentes (derecha) . Crédito: Joeri Rogelj.

El cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París depende de fuertes reducciones en el uso de combustibles fósiles, pero también de un rápido cambio hacia fuentes de energía renovable, como la energía solar y eólica, pero también de mejoras en la eficiencia energética.

En el estudio presentado se comparan los paquetes de estímulo en todo el mundo con las inversiones anuales en energía que serían necesarias para encaminar a los diferentes países hacia el cumplimiento de los acuerdos de París.

Las estimaciones sugieren que estas necesidades de inversión ascienden a cerca de 1.2 billones de euros por año a nivel mundial entre 2020 y 2024 (ver figura superior)

La propuesta sugiere que alrededor del 10% de los paquetes de estímulo invertidos cada año, serían suficiente para financiar la transición hacia un sistema de energía limpia. Si se suma esa cantidad durante el período 2020-24, equivaldría aproximadamente a la mitad del estímulo global total comprometido hasta la fecha.

Alrededor del 10% de los paquetes de estímulo invertidos cada año, serían suficiente para financiar la transición hacia un sistema de energía limpia

Cabe resaltar que la fórmula propuesta para potenciar la energía limpia usando fondos del Covid-19, sería una en la que la mayor parte del estímulo de recuperación se utilizaría en el transcurso de unos cinco años. Una ventana de oportunidad clave para que el mundo se mantenga por debajo de la mágica cifra de 1.5°C de calentamiento.

Inversión en energías limpias

Hoy las prioridades inmediatas de los gobiernos contemplan en la mayoría de los casos apoyar los sistemas de salud, preservar los medios de vida y estabilizar el empleo. Sin embargo, el detalle exacto sobre cómo se gastará el resto del estímulo sigue sin estar claro en la actualidad para la gran mayoría de países.

Aún así si hay algunos gobiernos que han destinado partes del estímulo a inversiones ecológicas. El apoyo a la descarbonización de los sistemas energéticos, por ejemplo, puede canalizarse a través de inversiones directas en infraestructura, así como a través de políticas de apoyo, incentivos, descuentos y garantías.

Dado que las políticas actuales de muchos países ya están invirtiendo significativamente en energía limpia, no sería necesario que todo el 10% de los paquetes de estímulo se dedique a inversiones bajas en carbono.

Esto no significaría que los sistemas energéticos se descarbonizarán por completo en cinco años, sino que con estas inversiones anuales, la economía global habría dado un paso importante y positivo para limitar el cambio climático.

La energía solar es una de las opciones de energía limpia que más esta despegando durante este periodo de la pandemia del Covid-19.

Esta claro que evitar el bloqueo de fuentes de energía contaminantes es tan importante como aumentar las inversiones en energías renovables.

Una recuperación climática positiva generaría muchos otros beneficios que interesan a los gobiernos al mismo tiempo que estimulan la economía. Entre ellos están la creación de empleo, la estimulación de la innovación y los desarrollos tecnológicos.