El dióxido de carbono, imparable: alcanza concentraciones históricas este 2018

Las concentraciones de dióxido de carbono siguen aumentando imparables y este 2018 se han alcanzado valores históricos. Más CO2 significa una mayor temperatura terrestre y un clima más extremo pero ¿como nos afectará en un futuro?

Mario Picazo

Mario Picazo

La concentración de CO2 en la atmósfera alcanzará un valor récord de 407 partes por millón, un 45% más elevada que durante el periodo preindustrial

Las emisiones globales de dióxido de carbono han alcanzado un máximo histórico este 2018, otro récord de la historia contemporánea de la tierra que confirma la necesidad de intensificar y acelerar los esfuerzos planteados estos últimos meses para recortar la emisión de gases que provocan calentamiento global.

El grupo de científicos que forma parte del conocido ¨Global Carbon Project¨ (Proyecto Global de Carbono) acaba de dar luz a un informe que confirma que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) derivadas de la quema de combustibles fósiles pueden haber aumentado hasta un 2.7% en 2018, cuando ya habían aumentado un 1.6% en 2017. La escalada de la concentración del COlos dos últimos años llama poderosamente la atención teniendo en cuenta que durante los tres años precedentes (2014-16) prácticamente no habían cambiado.

A falta de dos semanas para que concluya 2018, las proyecciones hablan de que las emisiones de COal acabar el año alcanzarán un valor récord de 37.1 miles de millones de toneladas. Por otra parte, está previsto que la concentración de CO2 en la atmósfera alcance un valor récord de 407 partes por millón, un 45% más elevada que durante el periodo preindustrial.

Concentración global de dióxido de carbono (CO2) entre 2014 y 2018. Fuente: NOAA

Con el paso de los años, el crecimiento económico ha ido a la par con el consumo energético, y ese aumento ha sido mucho mayor que el esfuerzo que está haciendo un buen número de países por reducir su respectivo impacto sobre el clima terrestre. La situación ha llevado a científicos del mundo entero a recomendar urgentemente que la actuación de gobiernos, empresas e individuos frente al cambio climático se intensifique y se acelere.

Las proyecciones hablan de que las emisiones de COal acabar el año alcanzarán un valor récord de 37.1 miles de millones de toneladas

Los últimos informes de Naciones Unidas, avalados por el IPCC, sugieren que la actuación contra el cambio climático pactada en París 2016 debería triplicarse para no superar el umbral de calentamiento de 2oC inicialmente contemplado. Sin embargo, si como recomienda Naciones Unidas se pretende no superar el 1.5oC, los esfuerzos por parte de los países implicados se tendrían que quintuplicar.

La fórmula mágica para reducir las concentraciones de CO2 a nivel global pasa por reducir las emisiones procedentes de coches y otros vehículos.

Por el momento, el mundo ha entrado en una dinámica en la que el aumento de las emisiones crece a un ritmo medio del 1% por año. La pausa en el crecimiento de emisiones que se produjo entre 2014 y 2016 se debió sobre todo a los recortes del uso del carbón de China y a la inversión que Estados Unidos hizo para pasar de carbón a gas natural, eólica y solar.

Pasados esos años de buenas intenciones, este 2018 las emisiones han vuelto a aumentar, con China y la India a la cabeza, aportando un 4.5 y 7.1% respectivamente. Mientras, en Estados Unidos, otro de los grandes contribuyentes de CO2, las emisiones crecerán 2.5% en gran parte debido al aumento del uso de la gasolina y gas natural, y por las temperaturas extremas experimentadas el pasado invierno y verano.

Si como recomienda la ONU se pretende no superar el 1.5oC, los esfuerzos por parte de los países implicados se tendrían que quintuplicar.

Aumento anual de las concentraciones de CO2 en el observatorio Mauna Loa, Hawaii. Fuente: NOAA

Para invertir la tendencia de aumento del dióxido de carbono a nivel global tenemos dos retos fundamentales:

  1. Reducir las emisiones aún más en lugares donde ya están disminuyendo.
  2. Reducir el crecimiento de las emisiones donde siguen aumentando.

El primero sería el caso de países como Estados Unidos, donde el reto es intentar reducir las emisiones a un ritmo más acelerado, sustituyendo el uso de combustibles fósiles por energías limpias y el uso de vehículos eléctricos.

El segundo y más complicado, implica países cuyas economías siguen creciendo a la vez que lo hace su calidad de vida. En países como China o India, donde sí aumenta el uso de energías limpias como la solar o eólica, el crecimiento de población con la consiguiente demanda de energía, eclipsa las buenas intenciones de ser más sostenibles.

Las barras de la figura superior representan emisiones de CO2 para cada año en la tierra. Los colores indican fuentes emisoras y absorbentes del gas. Color crema (combustibles fósiles), incendios (rojo), superficie terrestre (verde) y océanos (azul).

A nivel global, la energía renovable sigue creciendo a buen ritmo y para el 2030 esta previsto que produzcan la mitad de la electricidad que consume el planeta. El problema, es que ese crecimiento no es suficiente para mantener ni el ritmo de demanda de energía global, ni el de la reducción de emisiones de gases efecto invernadero según lo acordado en París 2016.

Aún así, los expertos en clima de Naciones Unidas, mandan un mensaje esperanzador y optimista en el que sugieren que aún podemos llegar a tener un planeta libre de carbón para el año 2050. Para ello, necesitamos que el crecimiento de las renovables y otras tecnologías bajas en emisiones de carbón sigan creciendo exponencialmente, frente a un aumento más lineal del impacto del cambio climático.

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