El calentamiento en el Ártico desplaza numerosas especies de sus hábitats

Se ven forzados a acudir a zonas pobladas en busca de alimento.

Mario Picazo

Mario Picazo

A medida que el cambio climático reduce su hábitat helado sobre el mar, se ven forzados a acudir a zonas pobladas en busca de alimento

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Estos últimos dos meses, la remota isla Novaya Zemlya situada en pleno Ártico, al nordeste de la costa continental de Rusia, se ha visto invadida por un buen número de osos polares. En la principal localidad de la isla, Belushya Guba, donde viven cerca de 2.500 personas, se han avistado cerca de 50 osos, algo que no habían visto con anterioridad.

En la región del Ártico, el contacto entre oso polar y humano es cada vez mayor. A medida que el cambio climático reduce su hábitat helado sobre el mar, se ven forzados a pasar más tiempo sobre tierra llegando a zonas pobladas en busca de alimento.  Desde el comienzo de este siglo, el Ártico se ha ido calentando el doble de rápido que el resto del planeta, y la reducción de la capa de hielo marino y  de permafrost, es cada vez más visible.

El oso polar cada vez vive más cerca del hombre.

El calentamiento ha provocado una cascada de cambios físicos en la región, desde los más visibles, como la fusión del hielo o el aumento del nivel del mar, a otros efectos secundarios como la reducción del albedo (reflectividad de la superficie), la erosión de las costas y el acelerado calentamiento del océano. De hecho, el aumento de la concentración de dióxido de carbono en las aguas marinas, ha aumentado también la acidez del agua, de manera que los componentes bióticos de los ecosistemas del lugar se han visto afectados.

Los osos polares esta experimentando el impacto más directo de esa transformación del entorno porque entre otras cosas dependen de las focas para su alimentación y las focas viven entorno al hielo marino.

Como el calentamiento del ártico está derritiendo una extensa superficie del hielo, hay una reacción en cadena que pone en jaque la supervivencia de los osos polares. Pero no son los únicos que sufren los cambios que esta viviendo el ártico, hay muchas otras especies que intentan adaptarse a los nuevos tiempos que vive este rincón del planeta.

Los osos polares dependen de las focas para su alimentación y las focas viven entorno al hielo marino que se esta fundiendo

Las focas son parte fundamental de la dieta del oso polar.

En general, los mamíferos del ártico se han ido adaptando a estos cambios de clima y entorno, especializándose en el uso de diferentes hábitats para la reproducción, forrajeo, muda y migración durante las diferentes estaciones.

Entre las especies que mejor se han ido adaptando están las ballenas, morsas, focas y osos polares. En el caso de las ballenas boreales, el deshielo les ha favorecido, dado que ahora hay más agua abierta en el mar de Beaufort  y la temporada es más larga, una situación que les permite alargar el periodo de alimentación.

Sabemos que la señal del cambio climático en la región del ártico va a seguir aumentando en intensidad y velocidad, y que unas regiones la sufrirán más que otras. De momento, estos últimos años, el ártico bañado por las aguas del Pacífico ha perdido más hielo que otras zonas. Mientras, en los archipiélagos Canadienses, el volumen de hielo aguanta mejor y el impacto sobre los ecosistemas en esa región es menor que en otras.

Por otra parte, la reducción del volumen de hielo marino está generando más oportunidades para la actividad humana en la región, y eso aumenta el impacto sobre los mamíferos marinos. Una temprana reducción del hielo marino de las costas junto con la retirada del hielo más lejos de la costa durante el verano, amplía la temporada de aguas abiertas que solo hace que aumentar.

Esto crea oportunidades para la exploración y desarrollo de petróleo, gas, transporte marítimo, turismo, pesca comercial y operaciones militares. Actividades que exponen a los mamíferos marinos del Ártico a una variedad de amenazas, incluyendo choques con barcos, contaminación, enredos en redes o líneas de pesca. Además, aumenta la exposición a sonidos causados por humanos y otras perturbaciones antaño ausentes.

Para reducir el impacto del cambio climático en algunas especies del Ártico, hay que abordar el problema de raíz y a escala global. A parte de lo que la sociedad y los gobiernos puedan hacer para cambiar el curso del calentamiento global, a corto plazo, el principal desafío de los humanos, es llegar a entender lo mejor posible como será el futuro impacto del cambio climático en el Ártico y así anticipar como afectará a las especies y comunidades humanas de la región.