Diferencias entre nadar en piscina y mar

Descubre las ventajas y desventajas de nadar en agua dulce y agua salada. ¿Con cuál te quedas?

Javier Vegas

Javier Vegas

Muchas veces nos preguntamos por qué en primera línea de playa nos encontramos con numerosos apartamentos con piscina. ¿Si tenemos el mar enfrente, para qué necesitamos la piscina?

Para responder a esta pregunta debemos saber las diferencias entre bañarse en agua salada y en agua dulce. De hecho, las diferencias entre nadar en un tipo de agua u otra son bastantes, por lo que dependiendo de los gustos de cada uno, nos decantaremos por la piscina o el mar.

Lo primero que debemos saber es que el agua del mar es salada, por lo tanto, aumenta la flotación al haber una mayor densidad. Al ser más difícil hundirnos, necesitamos hacer un menor esfuerzo para flotar y nos cansaremos menos.

Otro punto a destacar es la orientación. En el mar no tenemos referencias, pudiendo perder el rumbo o desorientarnos. Por su parte, en la piscina podemos medir las distancias con facilidad. Si estamos realizando un entrenamiendo será mucho más fácil controlar nuestro avance en una piscina que en mar abierto.

También es fundamental tener en cuenta que en el mar, las condiciones meteorológicas afectan en gran medida al estado del agua. Unos días el oleaje será mayor, necesitando un mayor esfuerzo para recorrer a nado una distancia similar. Aunque midamos las distancias, es muy difícil saber cuándo se ha realizado un ejercicio en las mismas condiciones. En la piscina, las medidas son siempre las mismas y no hay oleaje.

Por último, no hay que olvidar la seguridad. En el mar, el riesgo aumenta exponencialmente y aunque seamos buenos nadadores es recomendable nadar cerca de la costa y en aguas relativamente calmadas. La piscina, independientemente de lo grande que sea, te aporta seguridad. Eso sí, la libertad que te proporciona el mar es única.

Y tú, ¿prefieres nadar en el mar o en la piscina? Cuéntanoslo en el Twitter: @DeportesTiempo