La meteorología tras algunos de los cuadros más famosos del mundo

«El grito» de Munch o «El Quitasol» de Goya esconden alusiones meteorológicas en sus pinceladas que analizamos.

Mar Gómez

Mar Gómez

«El grito» de Munch o «El Quitasol» de Goya esconden alusiones meteorológicas en sus pinceladas que analizamos

Existe una infinidad de cuadros en donde en cada pincelada se encuentran plasmadas imágenes de nubes, atardeceres, tormentas, arcoíris y diversos fenómenos meteorológicos. Algunos de estos cuadros con alusiones al tiempo, la atmósfera o fenómenos naturales son de los más famosos del mundo.

Hoy queremos analizar bajo la mirada de la meteorología lo que esconden algunos de los cuadros más emblemáticos de nuestra historia del arte. ¿Qué simbolizan? ¿Qué vemos en ellos? ¿Dónde están ubicados?

Análisis de la meteorología que esconden cuadros famosos

El grito, de Eduard Munch (Galería nacional de Oslo)

“Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí­ un grito infinito que atravesaba la naturaleza”

Estas son las palabras del famoso pintor Edward Munch de quien dicen, se inspiró en esta erupción volcánica del Krakatoa para pintar el cuadro de “El Grito”. En este cuadro, se ve de fondo el fiordo de Oslo desde la colina de Ekeberg.

La erupción de este volcán se produjo a miles de kilómetros de distancia, en Indonesia en 1883 pero fue de tal magnitud que sus efectos se sintieron en muchas zonas del mundo.

La ceniza alcanzó la estratosfera y se redistribuyó por el globo oscureciendo el cielo de todo el mundo y produciendo espectaculares puestas de sol debido a la refracción de los rayos solares en las partículas de ceniza en suspensión en la estratosfera. Seguramente esto es lo que vio Munch, y que le valió de inspiración para esta valoradísima obra de arte.

El caminante sobre el mar de nubes, Caspar David Friedrich (Kunsthalle de Hamburgo)

En la obra de 1818 del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich, se aprecia el espectacular fenómeno del mar de nubes. El viajero, aparece representado en lo alto de una montaña elevada y a sus pies el mar de nubes del que emergen varios picos de otras montañas que representan la Suiza sajona.

Y esta es precisamente la sensación que uno tiene cuando se encuentra ante el mar de nubes, uno se sobrecoge al contemplar la belleza de este paisaje.

El mar de nubes es un fenómeno natural provocado por los vientos alisios que empujan suavemente las nubes contra las montañas y condensan la humedad. Por encima, los vientos de altura, más secos y cálidos impiden el ascenso de las nubes que crean este maravilloso espectáculo.

El Quitasol, Goya (Museo del Prado)

Este cuadro pintado por Francisco de Goya data aproximadamente de 1777 y como es habitual en él Goya muestra una escena habitual dentro del ambiente de un pueblo en el cual se protege a una dama del intenso sol y calor del día.

Estudios de un día de otoño, John Leslie Breck (Museo Thyssen)

John Leslie Breck tiene una gran variedad en sus obras relativa a las estaciones del año. En los “Doce estudios de un día de otoño” asistimos a las sombras cambiantes del día y la escasez de luz que llega con el cambio de estación.

Tormenta sobre Peñalara, Joaquín Sorolla (Museo Sorolla)

Esta obra de Sorolla muestra una impresionante tormenta en la Sierra de Guadarrama, en Madrid. Los colores contrastan con los dorados de los campos de cereales, en primer plano y con el valle a continuación lleno de vegetación. Una inspiración que, seguro que le aporto el hecho de vivir en Segovia, a donde se trasladó en 1906.

Las nubes típicas de tormenta se reflejan en el cuadro, en tonos oscuros y blancos que indican la presencia de cumulonimbos en la zona.