¿Cuántos pastores quedan en España?

Javier Vegas

Javier Vegas

Cada vez hay menos pastores en España y ahora no está asegurado el relevo generacional.

Con motivo del Día de la Trashumancia, más de 1.300 ovejas y cabras recorrieron el centro de Madrid en defensa de las vías pecuarias. Procedentes desde diferentes puntos de la geografía española, los pastores trashumantes y sus rebaños han llegado con la intención de reivindicar la importancia de las cañadas.

Actualmente quedan menos de 100.000 pastores de ovejas y cabras en España. Pese a que su trabajo ha permanecido casi inalterado durante siglos, ahora no está asegurado el relevo generacional.

Sin embargo, siguen siendo muy necesarios para contrarrestar la decadencia de un sector que en la última década ha sufrido una caída en la producción de carne de cordero. 

Si el éxodo rural hizo de la figura del pastor una estampa no tan frecuente en el campo, ahora la crisis económica y la necesidad de volver a la naturaleza han revalorizado un oficio necesario para el cuidado de la naturaleza.

¿Cómo afectan las estaciones al trabajo del pastor?

Aunque casi todos conocemos la figura del pastor, son pocos los que realmente conocen su día a día, un trabajo que varía en función de la época del año y de las condiciones meteorológicas del momento. En invierno la jornada es más corta, y hay que aguantar el frío y las lluvias.

Pese a que su trabajo ha permanecido casi inalterado durante siglos, ahora no está asegurado el relevo generacional

La primavera es la estación en la que las ovejas requieren más trabajo, al necesitar criar en el mes de mayo o principios de junio. Las ayudas en el parto o para que se alimentan tras nacer, requieren muchas horas de trabajo.

Durante el verano se realiza jornada partida que comienza alrededor de las 6:00, alargándose hasta las 11:00 o 12:00. Sin embargo, por la tarde las horas varían en función del calor, aunque no suele ser antes de las 18:00 horas.

Ya en otoño, en octubre cuando ha finalizado la vendimia se lleva allí al ganado, aunque en ocasiones también se les da de comer bellotas.

Aunque se trata de una vida de sacrificio soportando las inclemencias del tiempo, los pastores comparten una misma pasión que desgraciadamente atrae a pocos jóvenes. Sin embargo, los pastores siguen siendo muy necesarios y peligra una profesión con siglos de historia.

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