¿Empeora tu compañero la calidad del aire de tu oficina? Puede que sí…

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Un reciente estudio identifica los tipos de contaminantes que existen en el interior de las oficinas y cómo contribuyen las personas a la mala calidad del aire

Hechos tan cotidianos como usar desodorante, ponerse una chaqueta, el sudor, el maquillaje, las alfombras o, incluso, pelar una naranja tienen una influencia en el ambiente en el que nos movemos. Actos tan sencillos e involuntarios pueden incrementar los niveles de contaminación en las oficinas.

Más aún cuando gran parte de nuestro día lo pasamos en entornos cerrados, como lugares de oficina, restaurantes o nuestra propia vivienda.

Ahora, una ambiciosa investigación se ha propuesto identificar los tipos de contaminantes que existen en el interior de los edificios de oficinas y cómo pueden afectar a las personas.

«Si queremos proporcionar una mejor calidad del aire a los trabajadores de oficina para mejorar su productividad, es importante entender primero qué hay en el aire y qué factores influyen en las emisiones y la eliminación de contaminantes», detalla Brandon Boro, profesor asistente de ingeniería civil en la Universidad de Purdue, en EE. UU, y uno de los autores principales de este estudio.

Si el espacio de una oficina no está bien ventilado, puede afecta negativamente la salud

Según los investigadores, en espacios cerrados, como los edificios de oficinas, la presencia abundante de personas y los sistemas de ventilación del entorno juegan un papel fundamental en la composición y la calidad del aire

«Nuestros resultados preliminares sugieren que las personas son la fuente dominante de compuestos orgánicos volátiles en un entorno de oficina moderno y hemos descubierto que los niveles de muchos compuestos son de 10 a 20 veces más altos en interiores que en exteriores”, explica Boro.

La importancia de la ventilación

A través de múltiples sensores, los expertos comprobaron que a medida que aumenta el número de personas en una oficina también aumentan las emisiones de compuestos químicos en el aire y la contaminación en las oficinas.

Por ejemplo, los efectos de los compuestos y componentes químicos emitidos por los productos de cuidado personal, como el desodorante, el maquillaje o la laca para el cabello, pueden perjudicar la calidad del aire si la ventilación no es la adecuada. 

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«La química del aire interior es dinámica. Cambia a lo largo del día en función de las condiciones exteriores, de cómo funciona el sistema de ventilación y los patrones de ocupación en la oficina«, detalla el autor del estudio.

Además, los investigadores descubrieron que la interacción de compuestos atmosféricos naturales como el ozono con los químicos que se liberan al comer o pelar una naranja pueden generar ciertas micropartículas que pueden resultar ser tóxicas para los pulmones de las personas e incrementar la contaminación en las oficinas.

“Si el espacio de una oficina no está bien ventilado, estos compuestos volátiles pueden afectar negativamente la salud y a la productividad de los trabajadores», alega Boor. 

VÍDEO: ¿CÓMO AFECTA A LA SALUD UNA MALA CALIDAD DEL AIRE?