Consejos para salvar tu calzado de la lluvia

¿Quieres saber cómo debes proteger tu calzado de la lluvia? ¿O qué hacer si ya se ha mojado?

Marian

Marian

La lluvia es el enemigo número uno del calzado de piel. Unos zapatos nuevos atraen irremediablemente la lluvia (por eso a veces fallan las predicciones meteorológicas, porque hay mucha gente estrenando zapatos, son un imán), y apenas cuatro gotas pueden estropear la piel. ¿Quieres saber cómo minimizar el desastre? Te animamos a seguir estos consejos.

Fuente: http://colorsremain.com/

  • Mira la predicción meteorológica en eltiempo.es. Si en tu ciudad aparece una nube oscura, con un rayo y un montón de gotas, no te pongas esos zapatos a los que tienes tanto cariño, pues seguro que volverán a casa haciendo chof-chof. Mejor usa unas botas de agua. Lo malo que tienen las botas de agua es que son imposibles de quitar sin ayuda, de modo que si vives solo, tendrás que llevarlas ya durante todo el invierno. Los pies los mantendrás bien secos, eso sí.

Fuente: http://www.stol.it/

  • Impermeabiliza tus zapatos. No se trata de ponerles un chubasquero a los mocasines (aunque existen), sino de aplicarles un spray hidrorrepelente de los que se encuentran en tiendas especializadas o supermercados. Estos protectores repelen el agua, por lo que se evitarán en gran parte las manchas en materiales como el ante o el nobuck. Lo ideal es rociarlos con el spray antes de estrenar el calzado, y repetir este ritual cada cierto tiempo. Los zapatos aguantarán más bajo condiciones lluviosas, y será más fácil limpiarlos luego. No obstante, no garantizamos que sobrevivan te pasas una tarde tormentosa saltando en los charcos.

Fuente: http://www.flexi.com.mx/

  • Cepilla el calzado habitualmente, especialmente si es de ante. Hazlo siempre en la misma dirección y con un cepillo especializado de cerdas metálicas (el del perro no vale); evitarás que se acumule polvo y se forme un mejunje extraño en la superficie si se moja con la lluvia.
  • Si no has podido evitar que se mojen, introduce en el interior de los zapatos unos papeles de periódico arrugados (o mejor aún, una horma de madera), para que absorban la humedad. Déjalos en un lugar seco durante un par de días donde no de el sol directamente, alejados de cualquier radiador o fuente de calor, pues no conviene que se sequen rápidamente. Después, ponles betún o crema (si son de cuero), o cepíllalos (si son de ante). Y dales mimos y muchas veces las gracias por haber aguantado otra tormenta más.

Fuente: http://shoegazingpunktse.blogspot.com.es/

  • Como consejo extra para los zapatos de ante, dales de vez en cuando un baño de vapor, déjalos secar, y cepíllalos luego; quedarán como nuevos. Para realizar el baño vaporoso, acércalos a una olla con agua hirviendo durante un par de minutos, sin llegar a mojarlos. Cuidado con quemarte y dejar caer los zapatos dentro de la olla entre alaridos, especialmente si habías aprovechado para cocer unos macarrones. Tendrás que llamar al chino.