Cómo sobrevivir a la contaminación acústica en las ciudades

El tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en las ciudades, culpable del 80% del ruido que se genera en las urbes.

Cristina Herrera

Cristina Herrera

El tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en las ciudades, culpable del 80% del ruido que se genera en las urbes

Industria, bares, obras, gritos… pero, sobre todo, coches. Un dato: el 80% de la contaminación acústica de las ciudades procede del tráfico.

Los coches están en el punto de mira de muchas ciudades. A la polución atmosférica se suma otro factor que cada vez está cogiendo más peso: la contaminacion acústica. «Una amenaza infravalorada«, como la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a calificar.

El ruido es uno de los factores ambientales que más enfermedades provoca, después de la contaminación atmosférica. Lo escuchamos a todas horas, desde que nos levantamos con el estruendo del despertador hasta que nos acostamos con la televisión puesta. Nos hemos acostumbrado a tener nuestras orejas siempre «ocupadas». Y no somos conscientes de los perjuicios que conlleva.

El ruido es uno de los factores ambientales que más enfermedades provoca

Sin duda, el tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en las ciudades. La OMS ha ofrecido además en sus últimos estudios otra cifra a tener en cuenta: el ruido del tráfico perjudica la salud a un tercio de los europeos.

Enfermedades no sólo auditivas, también psicológicas, problemas en la frecuencia cardíaca o respiratoria, y por supuesto, trastornos en el sueño. Estas son algunas de las principales enfermedades provocadas por el ruido.

Los coches y la contaminación acústica

Las autoridades sanitarias han recomendado no superar los 65 decibelios durante el día. Sin embargo, una calle con tráfico puede llegar a superar los 75 dB. El aumento progresivo del transporte rodado está generando ciudades no sólo con mayor presencia de humo, sino también, con un incremento sustancial del ruido.

A nivel europeo, el 40% de la población está expuesta a niveles de ruido por culpa del tráfico superiores a los 55 decibelios. Y a partir de 120 dB el oído ya entra en lo que conocemos como «umbral del dolor».

5 pautas para disminuir la contaminación acústica

1 – Los eléctricos: coches sin ruido

¿Sabías que hay coches que no provocan ningún ruido?  Hablamos de los vehículos eléctricos que, como sabes, no funcionan con motor, sino con batería.

Es sin duda una buena fórmula para contribuir a la disminución de la contaminación acústica. Con este tipo de coches no sólo evitamos la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, sino también la generación de ruido.

Los eléctricos se configuran como la opción más viable de cara a la disminución de la contaminación acústica en las grandes ciudades, que por su parte tendrán que amoldarse poco a poco al silencio en el asfalto.

2 – No toques la bocina sin necesidad

La bocina de tu coche puede provocar verdaderos picos de decibelios en la ciudad. Así que no recurras a ella en caso de que no sea absolutamente necesario.

Se trata simplemente de una pauta de conducta vial básica, que además, contribuirá en nuestro medio ambiente y en nuestra salud.

3 – Respeta las horas de silencio

Las ordenanzas municipales prohíben el ruido a partir de las 24:00 horas, pero si puedes evitar cualquier sonido incómodo o fuerte por las noches, tus vecinos y también tus oídos lo agradecerán.

Deja las lavadoras, aspiradoras, música o gritos para otra hora del día, y conseguirás así una vivienda con los decibelios siempre en su sitio.

4 – Aísla tu casa del ruido

No pretendemos que reconstruyas las paredes con materiales aislantes, pero es posible blindarse del ruido en casa de muchas maneras. De momento, aleja de las zonas de descanso los aparatos que generan sonido: aire acondicionado, calefactores, televisiones… Cuando veas que tu descanso mejora, te alegrarás de la decisión.

Si el tráfico, por ejemplo, te impide dormir por la noche, valora si merece la pena reformar algunas partes de tu casa para ganar en tranquilidad. Existen ventanas especiales que aíslan del ruido exterior dentro los espacios cerrados. Del mismo modo, hay soluciones económicas para mejorar el aislamiento acústico de las paredes más finas de nuestra vivienda.

5 – Haz cumplir las leyes

Todas las ciudades, además de las normativas estatales en materia medioambiental, tienen sus propias leyes para controlar la contaminación acústica.

Si la sufres en primera persona, infórmate de las normas que la regulan; de esta forma podrás ver si, por ejemplo, las empresas de construcción usan la maquinaria en las horas adecuadas o  si los bares que tienes cerca cumplen con la regulación en materia acústica. Sólo así podrás contribuir a hacer cumplir las leyes.

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