Cómo aprovechar el agua de lluvia para regar el jardín

Noelia Hernández

Noelia Hernández

¿Cuántos litros se desperdician cada vez que llueve? ¿Cómo se puede recoger el agua para el uso doméstico?

En los últimos meses se ha despertado con más fuerza la conciencia social por preservar la salud del planeta. Los cambios climáticos están provocando que en muchas zonas de la Tierra ya se estén percibiendo las consecuencias de una progresiva subida del nivel del mar o de la desaparición de algunas especies fundamentales para mantener la biodiversidad y sus ecosistemas.

Una de las vías en la que se trabaja a nivel individual para ayudar a frenar esta situación es en hacer un mejor uso de los recursos naturales que tenemos, incluida el agua de lluvia. ¿Cuántos litros se desperdician cada vez que llueve? ¿Cómo se puede recoger el agua de la lluvia para el uso doméstico?

Ahora que se acerca el verano, la estación más calurosa del año, el consumo de agua se dispara. Necesitamos beber más, las piscinas están en funcionamiento y, a pesar de la falta de precipitaciones, hay que continuar con el mantenimiento de parques y zonas ajardinadas.

Cuida de tus plantas mientras ahorras

Los que cuentan con un jardín en casa son conscientes del coste que supone mantenerlo en perfecto estado. También saben que cada vez que llueve es un ahorro. Así que recoger ese agua de lluvia para regar les supondría reducir el gasto, además de contribuir a un uso responsable de este recurso que, literalmente, cae del cielo.

Antes de ponerse manos a la obra, es importante conocer cuál es la calidad de ese agua en la zona en la que vivimos. Aunque generalmente puede utilizarse sin problema para regar el jardín, o aplicarle cualquier otro uso que no requiera agua potable, hay que cerciorarse de que no se verá contaminada por productos químicos provenientes, por ejemplo, de una fábrica cercana.

En la planificación del trabajo que se va a realizar hay que pensar en qué lugar del jardín es más conveniente recoger el agua. Lo mejor es utilizar las bajantes del tejado de nuestra casa para conducirla hasta un depósito donde se almacene para su uso. Hay depósitos de diferentes tipos y dimensiones, dependiendo de las necesidades de cada usuario.

Lo mejor es utilizar las bajantes del tejado de nuestra casa para conducir el agua de la lluvia hasta un depósito donde se almacene

Una opción muy ecológica son aquellos que están construidos con materiales respetuosos con el medioambiente, como los de madera de haya de Gardena, y exentos de cromo.

Estos depósitos de aguas pluviales están disponibles con capacidades de 400 y 800 litros y preparados para recoger y almacenar agua de lluvia, subterránea o procedente de arroyos, ríos y estanques.

Agua caída del cielo para tu jardín

Para conseguir que el agua salga del depósito para cumplir su función es imprescindible instalar una bomba para depósito de aguas pluviales. A la hora de elegirla es importante fijarse no solo que la presión es suficiente para nuestro depósito, también que pueda regularse el caudal.

En el caso de los modelos de Gardena, pueden conectarse no solo a toberas o pulverizadores, también es posible utilizar aspersores.

Una característica que también resulta interesante es la posibilidad de que deje de funcionar automáticamente en el que caso de que el depósito no disponga de agua suficiente. Si esto no fuera así, podría deteriorarse. Por último, si la bomba cuenta con un filtro que se encargue de succionar las impurezas, nos evitaremos disgustos y que nuestro jardín se estropeé.

Con el depósito y la bomba instaladas, el mejor complemento para optimizar el uso del agua para el jardín es hacerse con un programador de riego y elegir el adecuado para cada superficie. Es una ayuda más para asegurarse de que sólo se utiliza cuando es necesario y con la frecuencia adecuada.

Asegurarse de que el jardín que tenemos en casa luzca un buen aspecto es más fácil de lo que parece. Tan solo hay que hacerse con las herramientas adecuadas y saber cómo gestionar el riego.

Sin duda, hacerlo correctamente supondrá un ahorro para nuestra economía y, lo mejor, también se evita que la salud de nuestro planeta se siga deteriorando.