Cómo proteger a los niños si tienen alergia al sol

Javier Vegas

Javier Vegas

Con la llegada del buen tiempo y la mayor exposición al sol pueden aparecer lesiones en nuestra piel, especialmente en los más pequeños. ¿Cómo protegerlos?

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El sol es la mayor fuente de luz ultravioleta que existe y nuestra piel es la barrera que nos separa y protege de esta radiación. Es por ello que con la llegada del verano y las altas temperaturas debemos protegernos aún más de los efectos no deseados que puede producir el sol en nuestra piel.

La conocida como «alergia al sol» engloba diversas alteraciones de la piel, si bien desde el punto de vista médico es un térmico bastante ambiguo. La más frecuente es la denominada «erupción solar poliforma» que suele producirse con las primeras exposiciones solares, y a la que los niños son especialmente vulnerables.

Para conocer un poco más sobre esta reacción solar hemos hablado con el dermatólogo Carlos Morales, del Grupo Pedro Jaén y miembro de la AEDV. El doctor asegura que se trata de una «erupción que presentan los niños las primeras veces que se exponen al sol«.

Se caracteriza por un sarpullido que produce cierto cosquilleo en la piel de diferente forma y aspecto normalmente localizado en el escote, hombros y dorso de las manos. También puede afectar a las piernas, si bien no es tan común.

Puede originarse en personas que «no están acostumbradas a recibir mucho sol y cuando se produce una alteración en la cantidad recibida», afirma Carlos.

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Es por ello que hay que tener especial cuidado en los niños, especialmente si no están habituados a recibir los rayos del sol o es la primera vez que lo hacen. «A finales de primavera o principios de verano es cuando se produce esta reacción cutánea que puede simular una alergia, pero en realidad no lo es».

Puede originarse en niños que no están acostumbrados a recibir mucho sol, especialmente a final de la primavera y principios del verano

Suelen aparecer en forma de pequeños granitos, ronchas o incluso vesículas o pequeñas ampollas. Lo normal es que desaparezcan conforme pasan las semanas y que se repita año tras año.

Deberíamos acudir a un especialista «cuando la reacción dure más de 12 / 24 horas, afecte a zonas del cuerpo que no han sido expuestas al sol y si se produce cada vez que el niño se expone al sol aunque sea un mínimo», afirma Carlos.

Cómo prevenir la erupción solar polimorfa

Aunque esta reacción solar no entiende de edades, hay que tener especial cuidado con los más pequeños, vigilando que tomen las precauciones necesarias.

Carlos Morales subraya la importancia de exponerse al sol poco poco. «Una erupción solar polimorfa se previene exponiendo a los niños en dosis muy progresivas y con protección solar máxima, evitando las horas de máxima incidencia de radiación y utilizando un fotoprotector adecuado para su tipo de piel».

Debemos exponer a los niños al sol en dosis muy progresivas y con protección solar máxima

Existe cierto componente genético, aunque «es más frecuente en pacientes de piel clara y sensible«. Por lo tanto, para prevenirla es fundamental la protección solar (UVB y UVA), y mediante gorros o camisas. Aunque se trata de una enfermedad no grave, en algunos casos se necesita tratamiento más específico, para lo cual es recomendable acudir a un dermatólogo. 

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