¿Cómo podría ser el tiempo en lo que queda de invierno 2020?

Tras un febrero especialmente cálido, la tendencia anómala podría continuar en lo que queda de invierno hasta la primavera.

Mario Picazo

Mario Picazo

Tras un febrero especialmente cálido, la tendencia anómala podría continuar en lo que queda de invierno hasta la primavera

En unos días tendremos datos concretos de las anomalías de temperatura que se han registrado este mes de febrero que acabamos de dejar atrás. No hay duda de que va a ser muy interesante ver cuánto por encima de la media, se encuentra la temperatura global del mes. Ya batimos récord en enero, y en conjunto, este invierno 2019-2020 va camino de ser uno de los más cálidos, sino el más, de los que hay en el registro. 

Enero fue un mes muy templado en muchas zonas del hemisferio norte, y especialmente en Europa. En conjunto, se registró una anomalía positiva de 3.1oC, aunque hay zonas del norte del continente, desde Noruega hasta Rusia occidental, donde las temperaturas estuvieron unos 6oC por encima del valor promedio.

Ese escenario de temperaturas suaves y precipitaciones por debajo de lo normal en muchos países del viejo continente, se ha mantenido durante todo Febrero, y una de las razones ha sido el comportamiento de un patrón meteorológico conocido como la Oscilación del Ártico (OA). 

En términos generales, la OA es un indicador de lo fácil que es que se produzca una invasión de aire helado del ártico hacia el sur llegando a latitudes medias. Cuando está oscilación se encuentra en modo positivo, el frío se queda embotellado al norte del círculo polar ártico, dejando a gran parte de Europa y otras zonas del hemisferio norte con temperaturas suaves. 

Sin embargo, cuando entra en modo negativo, ocurre lo contrario y el aire frío se desliza hacia el sur sin piedad congelando medio continente. En febrero, se han medido valores positivos de la OA de manera constante. No solo eso, se han batido récords, llegando a valores de entre 6.0 y 6.5 que están muy por encima de los anteriores récords registrados en febrero de 1990 cuando los valores alcanzaron 5.91.

Parte de la persistencia de este patrón tan positivo, está relacionado con la estructura que ha tenido el conocido vórtice polar, que también ha alcanzado valores anómalos. A pesar de que se registran a diferentes alturas, los dos fenómenos están conectados.

La OA es un patrón de presión en superficie, mientras que el vórtice polar hace referencia a una circulación a varios kilómetros sobre la superficie del ártico, entre la alta troposfera y la baja estratosfera. 

Los datos que se han recopilado en el pasado de estos dos fenómenos apuntan a que no es nada habitual tener un vórtice polar tan intenso y compacto como el que domina desde mediados de enero muchas zonas del hemisferio norte.

Hay precedentes, como el invierno de 1975-76, cuando también se observó una intensa circulación del vórtice polar, que estaba ligada a una OA en modo positivo similar a la registrada este invierno de 2020.  

¿Qué patrón se espera durante lo que queda de invierno 2020?

Ahora que hemos dejado febrero atrás y nos metemos en marzo y la recta final de este anómalo invierno, muchos os preguntaréis, ¿cómo será lo que queda de estación? Las predicciones apuntan a que la circulación del vórtice polar se podría mantener intensa, con una OA asociada en modo más positivo que negativo.

Normalmente, el vórtice polar empieza debilitarse entre marzo y abril, cuando los primeros rayos de sol van calentando algo la región del ártico. Eso quiere decir que salvo algunas interrupciones puntuales, podríamos seguir viendo la tendencia de enero y febrero en muchas zonas de Europa, incluyendo España, hasta bien adentrados en la primavera.

En cualquier caso, deberíamos ir notando un cambio de patrón durante los meses de primavera, aunque la siguiente preocupación será saber si este año, como otros recientes, también tendremos situaciones de calor intenso antes de que lleguen los meses de verano puro y duro.