Snowpiercer, el último tren de la humanidad

Eltiempo.es IA

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Todos hemos oído hablar del calentamiento global. Algunos más, otros menos, depende de la frecuencia con la que visitemos twitter o pongamos el telediario. Y este es el tema con el que arranca Snowpiercer, el calentamiento global. Nos situamos en el año 2014, el ser humano harto de ver como el planeta se calienta por momentos y las comidas de cuchara dejan paso a las ensaladitas, decide pasar a la acción. Para ello, fumiga el planeta con un compuesto químico que detendrá el calentamiento, ríete tú de los chemtrails.
Al contrario de lo que suele ocurrir con los inventos del ser humano, este funciona bien. Tan bien que La Tierra empieza a bajar su temperatura media de manera estrepitosa.  Tanto decae la temperatura, que en la calle empieza a hacer más frío que en la comunión de Sharapova, y el mundo entra en una era glacial. Pero tenemos un salvador, un Noé actual, que en vez de construir un arca, hace lo propio con un tren, que tiene más glamour, recogiendo a algunos afortunados de toda humanidad. 17 años después, comienza la historia.

Así comienza nuestra película. Una coproducción coreana y estadounidense. Con actores de la talla de Chris Evans (Capitán América)  y Song Kang-ho (The Host) entre otros. Y con Boon Jong-ho como director. Autor de otras películas como The Host o memories of murder.

Tensión en el asiento de principio a fin

Sin darnos tiempo ni para empezar a separar las palomitas quemadas de las demás, la acción comienza a los pocos minutos del principio del film. Y no, no decae. Boon Jong-ho propone un ritmo alto, jugando con algunas caídas de tensión en momentos puntuales para no sobrecargar al espectador, pero manteniendo un ritmo acompasado con la historia en todo momento.

La película es muy completa, un guion interesante, una estética impresionante gracias al trabajo conjunto de la dirección de fotografía y el diseño de producción y una banda sonora que no decae en ningún momento. Nos encontramos acción, comedia, drama… ¡Y todo por el mismo precio!

El director impone su propio estilo en muchas partes de la película, pero en otras se deja llevar por la influencia del público, ofreciéndonos unos recursos narrativos más fáciles de digerir para el espectador. Se podría decir que esta película es algo así como un blockbuster de autor. ¿Sabéis a qué me refiero?, yo tampoco.

Nos encontramos con un reparto encabezado por Chris Evans como personaje principal, sin duda excelente, y eso que en esta no lleva escudo.  Song Kang-ho interpreta un papel sencillamente espectacular, sin llegar a decir una sola palabra en inglés en toda la película, siempre habla en coreano. Pero en mi opinión, Tilda Swinton merece una mención especial por su papel en la película. Un personaje totalmente repelente al que seguramente acabarás odiando, cuando lo hagas, te darás cuenta de la gran interpretación de la actriz.

Si bien casi toda la película va en alza, dejándonos cada vez más boquiabiertos con cada una de las acciones que se suceden, es cierto que el desenlace final de la película decae.  Y es que era difícil mantener el nivel que conserva la película en los demás aspectos. Si no fuera por esta parte, la película sería un gran sobresaliente por parte de Boon Jong-ho y compañía.

En conclusión, una película que destaca en casi todos los aspectos y que sin duda nos hará pasar dos horas de tensión, nervios y quebraderos de cabeza. ¿Quién dijo que una película en la que se reparten buenas leches no podía tener una trama?