Cañones de hielo subterráneos debilitan la Antártida

Científicos publican la alarmante existencia de grandes cañones de hielo que discurren bajo las plataformas de hielo de la Antártida.

Jorge Robles

Jorge Robles

Científicos publican la alarmante existencia de grandes cañones de hielo que discurren bajo las plataformas de hielo de la Antártida

La Antártida es fascinante y las cosas raras que suceden en este recóndito lugar del planeta, sin duda, debe de preocuparnos. Hace apenas unos días un grupo de científicos europeos encabezados por N. Gourmelen (Universidad de Edimburgo) han publicado un informe bastante alarmante que alerta sobre la existencia y crecimiento de grandes canales o cañones de hielo que discurren bajo las plataformas de hielo de la Antártida, debilitándolas.

La consecuencia más inmediata es que puede aumentar el número de Iceberg que se desprendan de estas plataformas. Recordemos que en julio de este mismo año asistimos al nacimiento del Iceberg Gigante A68 que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C.

Pero, además, parece muy probable que con este tipo de efectos pueda aumentar la tasa de fusión de hielo antártico. En otras palabras, subida del nivel del mar.

Vamos a intentar entender qué son y cómo funcionan las plataformas de hielo y qué es lo que han descubierto los científicos.

Plataformas de hielo: ¿cómo funcionan?

En primer lugar, debemos de saber que los glaciares son grandes masas de hielo que se están en lento pero constante movimiento.

En lugares como Groenlandia, algunas áreas de Canadá y, especialmente, en la Antártida es bastante habitual que los glaciares avancen lentamente hacia la costa, superen el litoral y “rebosen” formando una gruesa plataforma de hielo que flota en el mar. Los bordes de estas plataformas los forman espectaculares paredes verticales de hielo que pueden alcanzar los 30 metros de altura.

Las plataformas de hielo frenan o ralentizar el constante flujo de hielo que se encamina hacia el océano

Estas plataformas se comportan como una especie de cinta transportadora que acarrea constantemente hielo hacia el mar. Digamos que la nieve que cae sobre este continente debe ser devuelta de algún modo al océano.

Pero, además, ejercen una función de barrera protectora de la capa de hielo terrestre al frenar o ralentizar el constante flujo de hielo que se encamina hacia el océano. Cuanto más fuertes, gruesas y estables sean estas plataformas de hielo, más controlada será la fusión de hielo antártico.

El equipo de Gourmelense ha centrado en el estudio de la Plataforma de hielo Dotson. Esta plataforma se sitúa en el litoral occidental de la Antártida, frente a la remota costa de Marie Byrd Land y esta bañada por el Mar de Amundsen.

Ocupa unos 70 kilómetros de costa y presenta un ancho cercano a los 50 kilómetros, lo que genera una superficie de casi 3.500 kilómetros cuadrados, equivalente a juntar Tenerife, La Palma, La Gomera y el Hierro en un solo bloque.

La plataforma Dotson es la proyección flotante, o el “freno de mano”, de los glaciares Kohler y Smith. Su espesor oscila entre 300 y 500 metros.

Hay que tener en cuenta que los hielos de la Antártida siempre has sido muy observados desde los satélites, pero gracias a las misiones de la ESA (Agencia Espacial Europea) CryoSat y Sentinel-2, equipadas con altímetros de radar de alta precisión, ha sido posible medir el espesor de las plataformas de hielo, detectar elevaciones inusuales en su superficie y medir el flujo que hielo que experimentan.

Las conclusiones alcanzadas sobre la plataforma de Dotson son alarmantes. La fusión de hielo no es uniforme y se centra especialmente en un canal subterráneo de 5 kilómetros de ancho y que discurre a lo largo de unos 60 kilómetros.  Este canal va vaciando de hielo la plataforma de abajo arriba, eliminando unos 7 metros de hielo al año. En algunas zonas el espesor de hielo ya se ha reducido casi a la mitad.

El canal descubierto va vaciando de hielo la plataforma de abajo arriba, eliminando unos 7 metros de hielo al año

Parece ser que esta canal está siendo socavado por la acción de las corrientes marítimas que fluyen bajo esta plataforma. Es esta zona del planeta y debido al propio giro de la Tierra, nos encontramos con que se produce un empuje hacia la superficie y en el sentido de las agujas del reloj de las capas más bajas del océano. Resulta que las aguas de la Antártida están muy estratificadas, son muy frías en la superficie y algo más cálidas a partir de unos 200 a 700 metros de profundidad (según las zonas).

Así este aporte de agua algo más tibia, ya que estamos hablando de temperaturas de apenas uno o dos grados positivos, está favoreciendo la formación y el crecimiento de estos canales o cañones de deshielo subterráneos.

Se calcula que actualmente cada año a través de la plataforma de hielo Dotson se vierten al mar unos cuarenta mil millones de toneladas de agua dulce, fruto de ese deshielo “natural” infligido por ese calentamiento global contra el que debemos ir luchando.

Pues se estima que la presencia de estos cañones subterráneos aporta una fusión extra de unos cuatro mil millones de toneladas anuales, un incremento del 10% que tiende a crecer a medida que los cañones se hagan más profundos.

Si hasta el día de hoy la vida estimada para la plataforma de Dotson rondaba los 180 años, al sumar este efecto puede desaparecer completamente en tan solo 40 o 50 años.

Lógicamente estos resultados no son del todo extrapolables al resto de las plataformas de hielo de la Antártida, ya que cada una de ellas presenta características especiales y habrá que estudiarlas por separado. Pero la alerta está muy viva.

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