Cambio climático: seis proyectos innovadores para frenarlo en el futuro

Cada día hay más proyectos en marcha para desarrollar tecnologías que ayuden a acelerar la lucha contra el cambio climático. Estos son algunos de los más relevantes.

Mario Picazo

Mario Picazo

La concentración de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono o el metano) sigue aumentando a un ritmo constante. Esto significa que seguiremos experimentando un progresivo calentamiento del planeta. Ese aumento tiene mucho que ver con nuestra actividad diaria y frenarlo implica, principalmente, actuar a nivel global desarrollando e implementando nuevas tecnologías para luchar contra el cambio climático.

Durante los últimos años ha aumentado la inversión en el desarrollo de tecnologías destinadas a este objetivo. Son numerosos los proyectos que buscan la manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o eliminar de la atmósfera los que ya han sido emitidos. 

Estos son algunos de los proyectos que podrían ayudar a reducir de manera significativa la huella de carbono durante los próximos años:

1. Eliminar carbono de nuestra atmósfera con grandes aspiradores:

Buena parte de la comunidad científica coincide en que la apuesta por las energías renovables no va a ser suficiente para alcanzar los objetivos de des-carbonización previstos

Es ahora el momento adecuado para implementar la tecnología de ¨secuestro de carbono¨. Uno de los proyectos consiste en instalar aspiradores gigantes que eliminen el exceso de carbono o el carbono no deseado.

Secuestro de carbono para frenar el cambio climático
El estado de California ya tiene en marcha un proyecto para succionar el exceso de dióxido de carbono del aire. Imagen : Climeworks

El gobierno de California trabaja en el desarrollo de una nueva tecnología para extraer carbono de la atmósfera y almacenarlo bajo tierra. Aunque suena a ciencia ficción, se ha considerado durante años como un ¨plan B¨ para luchar contra el cambio climático. 

Si el sistema de aspiración propuesto comienza a funcionar pronto, capturaría miles de toneladas de dióxido de carbono al año. Este se comprimiría en estado líquido y se enterraría o utilizaría para otras necesidades industriales.

La cuestión que se plantea es si utilizar aspiradores gigantes es realmente la mejor manera de hacer bajar las concentraciones de carbono en la atmósfera y limitar así el calentamiento global, ya que se necesita alcanzar ese grado y medio inferior recomendado.

2. Construir la planta de energía solar más grande del mundo:

Hasta ahora China albergaba la planta solar más grande del mundo, pero ahora la India se prepara para tomar el relevo. Se espera que esta inmensa planta de energía solar tenga casi la misma extensión que Barcelona

Se construirá en Kutch, en el estado de Gujarat, y contará con una planicie interminable de células solares, pero también de molinos eólicos capaz de generar 30.000 megavatios.

Además de generar energía limpia procedente del sol y del viento, la instalación va a contar con una planta desalinizadora capaz de procesar 100 millones de litros al día. Gracias a esto se les suministrará agua potable a los 800.000 habitantes de esta región árida que limita con Pakistán. 

Planta solar en India
India apuesta por la instalación de energía solar a gran escala con el fin de reducir su huella de carbono.

La India es uno de los países que más gases de efecto invernadero aporta y esta iniciativa ayudará a generar 175 megavatios de energía renovable en 2022 y 450 en 2030. También pretende reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta en 50 millones de toneladas al año

Durante los últimos años Estados Unidos se ha posicionado como líder en la producción de energía solar, junto con China, India, Japón y Vietnam. Algunos son los países más contaminantes del mundo, pero a la vez están demostrando que esta fuente de energía renovable es una respuesta global como alternativa a los combustibles fósiles y una arma contra el cambio climático.

3. Apostar por transportes sostenibles en las grandes ciudades:

Un coche genera de media 4.6 toneladas métricas de carbono al año y en 2018 el transporte por carretera aportó cerca del 17 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. 

Esos valores se pueden reducir utilizando medios de transporte alternativos que no dependan de la quema de combustibles fósiles para operar o que consuman poco. Hoy son numerosas las ciudades del mundo que están apostando por sistemas de transporte más sostenibles.  

En Ámsterdam, por ejemplo, llevan muchos años apostando por los desplazamientos en bicicleta. Hoy en día cerca del 60% de los trayectos por esta ciudad se realizan en este medio de transporte. Para ello cuentan con más de 400 kilómetros de carriles exclusivos para ciclistas.

Parking de bicicletas en Ámsterdam
Amsterdam es sinónimo de bicicleta y prueba de ello la gran inversion que ha hecho la ciudad holandesa para aumentar sus kilómetros de carril bici.

La ciudad holandesa también está pisando fuerte con su proyecto “Aire Limpio 2025”. Este proyecto pretende eliminar las emisiones de dióxido de carbono vinculadas al transporte público.

Para ello se están llevando a cabo varias estrategias:

– Sustitución total de autobuses de combustible por modelos emisiones cero.

– Renovación de la flota de taxis.

– Restricción de coches contaminantes en determinadas zonas.

También se está potenciando el uso de vehículos eléctricos mediante ayudas, deducciones fiscales y con la instalación de 4.000 puntos de recarga eléctrica por la ciudad.

4. Ralentizar el Cambio Climático viajando en aviones y barcos eléctricos

El teletrabajo cada vez es más habitual y es una buena manera de reducir la huella de carbono global. Los viajes por trabajo se han reducido y los de ocio van aumentando después la pandemia de la Covid-19. En un futuro tendremos a nuestro alcance otros medios más sostenibles para viajar. 

En Noruega, por ejemplo, donde buena parte de la población se mueve por el agua de los fiordos, algunas empresas han empezado a hacer la transición del diésel a baterías eléctricas. Ya se ha hecho ese cambio a nivel terrestre en muchas zonas urbanas del país y ahora toca extender la red del transporte colectivo eléctrico al mar. 

Barcos eléctricos Noruega lucha Cambio Climático
Noruega ya surca sus aguas con electricidad en barcos como el Yara Birkeland. Imagen: Electrek

Por su parte, la aviación (que contribuye un 2% a las emisiones de efecto invernadero a nivel global) es otro de los sectores que intenta evolucionar en lucha contra el cambio climático. El avión eléctrico es otra realidad y no tardará en ser un medio de transporte habitual. 

En este aspecto destaca el trabajo que está llevando a cabo la compañía estadounidense Wright Electric. Esta trabaja en el desarrollo de un modelo de avión con la escala de megavatios necesaria para realizar un vuelo comercial de 186 pasajeros. El proyecto podría convertirse en un precursor de la aviación del futuro, orientada a ser de emisiones cero.

La empresa espera tener su modelo de avión comercial operativo en 2030. Esto dependerá del ritmo de evolución en la tecnología de baterías. Hoy en día hay numerosas agencias gubernamentales estadounidenses financiando la investigación en aviación eléctrica. 

5. Aprovechar la energía eólica en uno de los mares más ventosos del mundo:

La energía eólica también crece imparable. Si antes lo hacía sobre tierra ahora lo hace con más fuerza en instalaciones marinas. 

En el mar del Norte se encuentra el parque eólico marino de Kincardine. Es una instalación de seis turbinas y 50 megavatios situada en las aguas de la costa de Aberdeen (Escocia

Está considerado el mayor parque eólico flotante del mundo: un proyecto energético entre la empresa Statkraft y el promotor Kincardine Offshore Windfarm. 

Las turbinas eólicas marinas flotantes son diferentes a las turbinas fijas en el fondo del mar. Una de las ventajas de las que flotan es que pueden instalarse en aguas más profundas que las fijas.

Este tipo de instalaciones pueden ayudar a un buen número de países de todo el mundo a alcanzar sus objetivos de energía renovable.

Parque eólico Aberdeen
Cada vez es más común capturar la energía del viento sobre nuestros mares y océanos.

6. Modificar la energía que llega del sol para luchar contra el Cambio Climático:

Cada vez hay más científicos que creen que deberíamos modificar el clima terrestre utilizando la llamada Geoingeniería

La Universidad de Harvard trabaja ya en el desarrollo de nueva tecnología de atenuación solar. Su intención es reflejar la luz solar fuera de la atmósfera de la Tierra y conseguir un efecto de enfriamiento global.

El experimento, denominado SCoPEx (Perturbación Controlada Estratosférica), tiene como objetivo probar esta solución mediante la pulverización de polvo de carbonato de calcio (CaCO3). Las partículas en cuestión no son tóxicas y se inyectarían en la atmósfera a modo de aerosol que refleja el sol. Esto contrarrestaría los efectos del calentamiento global.

Geoingeniería de la Universidad de Harvard para frenar el Cambio Climático
La geoingeniería sigue siendo ciencia ficción para muchos aunque la comunidad científica empieza a hacerle cada vez más caso.

La investigación relacionada con la geoingeniería solar lleva años estancada debido a la gran controversia que ha generado. Los que se oponen a ella creen que esta ciencia, ficción para algunos, conlleva riesgos impredecibles. Esos riesgos podrían incluir cambios extremos en los patrones climáticos no muy diferentes de las tendencias de calentamiento que ya vivimos.