El calor de este invierno dispara la procesionaria

¡Cuidado si tienes perro! Los veterinarios alertan de que el calor está favoreciendo este invierno una inusual plaga de procesionaria muy dañina para tu mascota.

Javier Vegas

Javier Vegas

No somos pocos los que hemos sufrido en lo que llevamos de invierno los efectos de una plaga de procesionaria en los bosques de nuestra península. Aunque afectan de lleno a los pinos, lo peor son los efectos y reacciones que provocan en los humanos y sobre todo, nuestras mascotas. Los veterinarios alertan del gran número de asistencias que están teniendo con motivo de la procesionaria.

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En los meses de marzo-abril los propietarios de los perros tienen que estar muy pendientes de estas orugas, y es que cuando se suavizan las temperaturas bajan de los pinos. Sin embargo, en pleno invierno, el escaso frío está provocando más daño de lo normal. Una de las zonas más afectadas está siendo el Pirineo, donde actualmente cuesta ver pinos libres de procesionaria.

Debido al cambio climático cada año hay más, y además poco a poco se van acercando a zonas urbanas. Madrid, Baleares, Andalucía, Extremadura o la costa Mediterránea también se están viendo muy afectadas por esta plaga y piden a las autoridades que tomen medidas.

¿Cómo afecta la procesionaria a tu perro?

Nuestras mascotas, sobre todo cuando son jóvenes, no son conscientes del grave peligro que provocan estas orugas. Existe peligro con solo tocarlas o acercarse, por lo que si ves que tu perro entra en contacto con alguna de estas orugas debes llevarlo rápidamente al veterinario.

Algunos síntomas que provocan en los perros el contacto con la procesionaria son la inflamación de la lengua, salivación excesiva, vómitos, inquietud, o fiebre. Ante el primer síntoma debes llevar rápidamente a tu perro al veterinario para comenzar un tratamiento con corticoides y antihistamínicos. Si no se actúa con rápidez tu perro puede perder en pocas horas parte de la lengua o la totalidad debido a la necrosis. Además, el shock alérgico les puede provocar la muerte.

En localidades pirenaicas, los veterinarios alertan de que están notando un repunte de los casos, llegando a atender a varios perros al día por entrar en contacto con la oruga procesionaria. Pese a que son muy sensibles al frío, este invierno no está logrando acabar con ellas, y si el cambio climático continúa, el problema irá a más.

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