Más ataques de peces a bañistas por la elevada temperatura del mar

En lo que va de año se han contabilizado más de 500 ataques de peces a bañistas, sobre todo de la oblada melanura.

ElTiempo.es

ElTiempo.es

En lo que va de año se han contabilizado más de 500 ataques de peces a bañistas, sobre todo de la oblada melanura

Este verano pasará a la historia por las temperaturas anormalmente altas registradas en el Mediterráneo. En algunas zonas han llegado a alcanzar los 29ºC, dos grados más que la temperatura que se registró el año pasado en la misma fecha.

El impacto que el calentamiento de las aguas tiene en el medio ambiente afecta a algunas especies de peces que, a pesar de lo comunes que son en nuestras playas, son más agresivas.

Ataques de peces en las playas

El pez de la imagen inferior es una Oblada melanura, nombre científico de la especie. Un pez fácilmente de ver cerca de la costa de muchas de las playas españolas.

Las obladas se están comportando de una manera especialmente agresiva este verano, con más de 500 ataques en lo que va de año, según se ha registrado.

El director del Instituto de Ecología Litoral, Gabriel Soler, ha señalado que el ataque de este tipo de peces podría deberse a cambios en el comportamiento de estos peces a causa del calor. También se ha llegado a percibir que la Oblada melanura se está acercando mucho más de lo habitual a la línea de costa.

¿Cómo atacan?

Aunque parezca extraño, la oblada se trata de un pez pequeño de entre 20 y 30cm que se alimenta de crustáceos, alevines y gusanos.

En las personas los peces oblada buscan lunares, verrugas y pequeñas heridas en la piel

En las personas buscan lunares, verrugas y pequeñas heridas en la piel, sobre todo en personas mayores. Muerden con fuerza, llegando a hacer sangre e incluso agujeros en la piel. Al tratarse de este tipo de protuberancias, la mordedura aún duele más.

En general, se aconseja no bañarse en el mar con adornos y joyas que brillen porque pueden acarrear ataques de otras especies como palometas, peces golfar o anjovas.

Los ataques más frecuentes en el mar

Al andar descalzos por el fondo del mar, podemos tocar los tentáculos urticantes de una anémona o clavarnos las púas de un erizo de mar, uno de los problemas más frecuentes en nuestras costas y que se repite cada año en decenas de playas.

El año pasado, varios tiburones tintorera se pudieron ver cerca de la costa. Uno de ellos llegó a herir a un bañista en las playas de Elche (Alicante). También suelen ocurrir ataques de morenas, sobre todo en zonas rocosas. Una especie que temen los buceadores.

Además, tenemos las medusas –frecuentes en el Mediterráneo-, cuya picadura de algunas especies venenosas, pueden provocar daños en nuestra piel y reacciones. La presencia masiva de estos animales ha llegado a cerrar algunas playas para evitar daños.

Un caso extremo se ha vivido este verano en una playa de Australia, donde un joven fue atacado por piojos de mar, ocasionándole escalofriantes heridas; esta especie, aunque es más frecuente de lo que nos imaginamos, no es habitual que provoque ningún daño en los humanos.

Recomendaciones a tener en cuenta

Cuando acudamos a la costa, lo mejor es informarse de la profundidad, especies, y riesgos que podemos correr.  En el caso de los erizos de mar es importante utilizar calzado adecuado para evitar clavarnos cualquier punta.

Un caso extremo se ha vivido en una playa de Australia, donde un joven fue atacado por piojos de mar

Los expertos indican que lo mejor para protegerse de las picaduras de las medusas, por ejemplo, es aplicar una buena capa de crema de protección solar, ya que las ahuyenta.

En muchos casos, las picaduras pueden producir reacciones alérgicas severas. Por ello, es importante acudir siempre al puesto de socorristas o centro de atención más cercano.

El cambio climático, detrás de los ataques

El cambio climático está provocando aguas cada vez más cálidas en nuestros mares. Esto facilita que lleguen especies tropicales que en no muchos años podrán vivir en nuestras playas, y conviviremos con ellas.

Por otro lado, pudiera ser que las obladas no sean la única especie que se vuelva más agresiva. Por lo que los expertos ya consideran prioritario el estudio de los océanos para mantener el control directo de las especies que recorren nuestras costas.

VER MÁS: LAS MEDUSAS MÁS FRECUENTES EN EL MEDITERRÁNEO