Así será el hogar y la alimentación del futuro

La concienciación por el medio ambiente y el aumento de la población determinarán el desarrollo de la sociedad y el hogar del futuro.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

En las próximas décadas, la población en todo el planeta no dejará de crecer y la gran mayoría de esas personas residirán en las grandes ciudades. En concreto, la ONU estima que el 68 % de la gente vivirá en zonas urbanas en 2050, un total de 2500 millones de residentes.

Este incremento de la población mundial plantea nuevos retos para el desarrollo urbano como es la construcción sostenible de los nuevos desarrollos, la adecuación de los edificios y hogares para adaptarse a los nuevos estándares de eficiencia  e incluso a los nuevos modelos de estructura social tales como el envejecimiento, la colectivización de los espacios comunes, los distintos tipos de familias e incluso la tendencia de vivir de forma individual en las ciudades más desarrolladas.

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Fuente: Hogar del futuro propuesto por Ikea

En este sentido, una de las empresas que mejor ha sabido adecuarse a estos nuevos y variados modelos de hogares ha sido Ikea. Desde su creación, la multinacional ha ido evolucionando con la sociedad adaptando sus muebles, diseños y productos a las demandas de las personas.

Adaptación de los espacios

Además, también ha dedicado parte de su actividad a la investigación y estudio de los comportamientos y tendencias para diseñar el hogar del futuro. Tanto es así que,  Ikea ha realizado una muestra sobre las nuevas formas de vida entre las que destacan el coliving, un concepto que busca desmontar el sentimiento de soledad con espacios compartidos para la comunidad de vecinos.

Así, el coliving pretende diseñar el entorno para conseguir el sentimiento de pertenencia a un grupo, con los beneficios emocionales que ello conlleva, gracias a compartir muchas de las actividades del día a día como el transporte, la educación, el cuidado de las personas.

Por otro lado, al multiplicarse la población en las ciudades es muy probable que se reduzca el tamaño de los hogares por lo que serán necesarias nuevas soluciones flexibles e innovadoras que faciliten la vida en el hogar a las personas en espacios pequeños. En este aspecto, cada vez es más frecuente encontrar muebles modulares que en función de su colocación, diseño y adaptación, pueden funcionar como dormitorio, vestidor, estudio e incluso salón.

La clave del reciclaje

Todo ello, bajo los criterios de sostenibilidad, reciclaje, respeto medioambiental y procurando reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los procesos, tal y como reclaman las nuevas generaciones para el hogar del futuro. Muestra de ese compromiso la colección MUSSELBLOMMA, la primera gama de productos de Ikea elaborada a partir de plásticos que han sido recogidos en el mar Mediterráneo.

En esta primera fase,  la colección se compone por una bolsa, fundas de cojín y un mantel fabricados con poliéster resultante del plástico reciclado tras haber sido recolectado en el mar.  “Estamos decididos a ejercer un impacto positivo y a asumir responsabilidades en áreas donde podemos conseguir un cambio. Además de eliminar poco a poco los productos de un solo uso, queremos aprovechar los desechos de plásticos y convertirlos en futuros materiales”, detalla Caroline Reid, directora de Desarrollo Sostenible de IKEA Suecia.

Eficiencia energética

Otro de los ejes fundamentales de el hogar del futuro se basará en la producción de la energía y la eficiencia climática de los edificios y las casas.

Una tendencia cada vez más habitual gracias a la instalación de energías renovables como paneles solares, aerotermia, geotermia o biomasa.

Gracias a ello, se conseguirá una electricidad más barata que podrá incluso ser devuelta a la red para poder abaratar aún más los costes vendiendo los excesos de producción de energía.

Alimentación sostenible

Por último, el cambio en el modelo de alimentación también debe afrontar un cambio drástico. No solo para reducir la contaminación que se produce por la producción intensiva de alimentos, también porque el exceso de comida produce diversas patologías que incrementan los riesgos para la salud e incrementan los costes sociales.

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En este aspecto, una de las tendencias es reducir el consumo de carne y potenciar la alimentación a base de productos vegetales como frutas, verduras o frutos secos. Unos productos que a priori contaminan menos en su producción y cuyo consumo de manera frecuente son más saludables.

Comer insectos en el futuro

Además, otro de los alimentos que están teniendo un auge y que irán a más en los próximos años son los insectos, cuyos aportes nutricionales son mucho más efectivos y saludables que otras especies de animales y plantas. Además, su producción puede ser mucho más sostenible en comparación con las tradicionales explotaciones ganaderas o de cultivo intensivo.

De hecho, la propia FAO detalla que los insectos comestibles contienen proteínas, vitaminas y aminoácidos de alta calidad para los humanos. Es más, su producción necesita comida para obtener los mismos nutrientes que otros alimentos como los productos cárnicos.

“Los insectos son una fuente potencial para la producción convencional de proteína. Ya sea para consumo humano directo o indirectamente en alimentos recompuestos, con proteína extraída de estas especies y como fuente de proteínas en mezclas de materias primas”, detalla la FAO en un comunicado.