Algas comestibles: ¿es el nuevo súper alimento?

El consumo de algas como alimento se ha incrementado en los últimos años, pero su abuso puede conllevar riesgos para la salud.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El consumo de algas como alimento se ha incrementado en los últimos años, pero su abuso puede conllevar riesgos para la salud

El consumo alimentario de algas marinas se ha incrementado de forma notable en los últimos años. Este alimento, procedente de culturas como la japonesa, no ha tenido ninguna tradición culinaria en España, pero debido a la globalización y a las nuevas tendencias alimentarias, cada vez es más frecuente encontrar algas en restaurantes y supermercados.

¿Pero se pueden considerar lo que se conoce como un nuevo ‘super alimento’? 

En palabras de Manuel Moñino, vicepresidente segundo del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas e Investigador adscrito al CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III, ningún alimento aporta todos los nutrientes claves para una buena salud.

“Por eso no existen los superalimentos, sino los “super-patrones alimentarios”, de los cuales, por cierto, tanto las dietas asiática y mediterránea, son un ejemplo”, detalla este experto. 

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De hecho, estas dietas tienen muchos aspectos comunes, tales como su abundancia en frutas y hortalizas de temporada, también algas en la japonesa, legumbres y cereales, arroz, trigo, así como fuentes saludables de proteínas animales como el pescado, marisco y los huevos, y el predominio de grasas saludables poliinsaturadas procedentes de los pescados, mariscos, la soja y del aceite de oliva o frutos secos.

Beneficios de las algas como alimento

Las algas marinas como alimento pueden traer múltiples beneficios alimentarios, pero nunca se debe abusar de estos alimentos ni han de ser la base de la dieta. Es más, las algas son alimentos que complementarán a otros de origen vegetal como las hortalizas, los granos, legumbres, etc…

“Las algas marinas tienen unas propiedades muy interesantes para la dieta, pero no son un alimento que se deba consumir de forma frecuente es a pesar de que se ha puesto muy de moda”, explica Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética y presidente de la International Confederation of Dietetic Associations (ICDA). 

Nunca se debe abusar de las algas como alimento ni han de ser la base de la dieta

Por ejemplo, en el caso de la dieta española, nunca se ha consumido este tipo de alimentos por lo que el organismo no tiene los mecanismos adaptados para aprovechar todos estos nutrientes, especialmente en yodo. “Las algas se deben consumir con moderación y precaución”, advierte Russolillo.

“En el marco de una alimentación saludable, las algas podrían contribuir a la cobertura de nuestras necesidades de fibra, minerales, como el magnesio, potasio, calcio, y especialmente, de yodo, contribuyendo también con vitaminas como los folatos y otras del grupo B, así como con fitoquímicos como los carotenoides, propios de frutas y verduras”, explica Moñino. 

Riesgos de las algas marinas

Hay que tener en cuenta que las cantidades de algas presentes en los platos de la cocina japonesa habitualmente o de otras preparaciones culinarias que usan las algas como potenciadores de sabor, es relativamente bajo. Por ello, su consumo ocasional y en pequeñas cantidades no debería resultar un problema para la salud. 

Sin embargo, su alto contenido de yodo puede superar varias veces la cantidad máxima permitida de yodo para un día lo que puede entrañar un serio peligro para la salud.

“10 gramos de algunas algas marinas, que podemos encontrar habitualmente en el mercado, pueden superar esa cantidad, y otras incluso pueden hacerlo hasta en 10 veces”, apunta el investigador. 

Cada vez se están detectando más casos de hipotiroidismo por consumo de algas

El yodo es un nutriente esencial para el funcionamiento normal de las tiroides, pero si este aporte es excesivo, puede ocasionar problemas de salud como hipertiroidismo o hipotiroidismo reactivos. En el caso de la cultura china y japonesa esto no se produce por un factor de adaptación medioambiental. “Estas culturas llevan miles de años consumiendo estos alimentos y son capaces de soportar esas dosis de yodo”, apunta Russolillo.

“Las algas se pueden consumir, pero nunca de manera habitual, como máximo una o dos veces al mes. La realidad nos refleja que cada vez se están detectando más casos de hipotiroidismo por personas que están introduciendo de forma excesiva las algas en su dieta”, advierte el presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética.