Alerta por la expansión del ‘chapapote de monte’

Javier Vegas

Javier Vegas

Tras los incendios, el «chapapote del monte» desemboca en las rías y costas afectando gravemente a sistemas naturales y productivos.

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Solo en 2017 ardieron en España más de 150.000 hectáreas, un desastre que no solo arrasa con la vegetación. Un estudio ha detectado efectos desconocidos hasta ahora en el suelo, la mayor reserva de carbono en la biosfera.

Investigadores de MED_Soil Research Group (Universidad de Sevilla) y de Materia Orgánica en Suelos y Sedimentos (MOSS), han realizado un estudio sobre la hidrofobicidad del suelo (repelencia al agua) que aparece después de los incendios forestales y que inhibe la infiltración del agua.

Este efecto es la causa de la formación de lo que ahora se conoce como ‘chapapote de monte‘, una mezcla heterogénea de sedimentos y ceniza que son arrastrados con las primeras lluvias desde zonas quemadas. Tras los incendios, desembocan en las rías y costas afectando gravemente a sistemas naturales y productivos.

Su formación tiene importantes consecuencias ecológicas, convirtiendo el suelo permeable en hidrófobo al alterar la composición molecular de la materia orgánica y la proporción de ácidos grasos. Esto favorece que los restos dejados por las llamas se mezclen posteriormente con el agua de lluvia y sean arrastrados hasta la costa, ríos y acuíferos contaminándolos.

El «chapapote del monte» desemboca en las rías y costas afectando gravemente a sistemas naturales

El incendio de Doñana, con un suelo arenoso, ha facilitado el estudio, concluyendo que las llamas, según sea su intensidad, pueden aumentar o disminuir en un 30% la materia orgánica.

El suelo es la mayor reserva de carbono en la biosfera

Las investigaciones van a permitir, a partir de ahora, afrontar con más eficacia las labores de restauración, que además de poner el foco en la cubierta vegetal, también deben mirar al suelo para detectar la presencia de fuegos latentes.

El científico titular del IRNAS, José Antonio González Pérez, ha afirmado que «el suelo sobre el que vivimos es un gran desconocido. Filtra el agua que bebemos, la almacena y además previene de inundaciones y sequías, combate el cambio climático global fijando gases de efecto invernadero».

El estudio permitirá tener más información para gestionar los recursos naturales y la toma de decisiones después de un incendio forestal.

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