Derribando mitos: los huesos no duelen por el frío

Pablo Ramos

Pablo Ramos

La humedad y el frío se relacionen con un aumento del dolor articular en muchas personas pero, ¿es cierto?

VÍDEO: ¿POR QUÉ NOS DUELEN LOS HUESOS CUANDO VA A LLOVER?


La borrasca Bruno ha barrido el país durante la última semana del 2017 con fuertes vientos, lluvias, nieve y bajas temperaturas. Unas condiciones climatológicas que se han dejado notar en ciudades, pueblos o carreteras y también en las espaldas y los huesos de algunas personas que perciben más dolor con las variaciones de humedad y descenso de las temperaturas. Pero, ¿es así?

Dos recientes estudios han revisado y analizado decenas de casos relacionados con el dolor de espalda y articular para concluir que ese aumento de la percepción del dolor es una creencia muy instaurada y que no existen evidencias científicas de que las variaciones climáticas puedan aumentar el dolor.

No existen evidencias científicas de que las variaciones climáticas puedan aumentar el dolor

Un reciente estudio elaborado por un equipo australiano de investigadores asegura que el clima no forma parte de los síntomas asociados con el dolor de espalda o la osteoartritis.

Variación de temperaturas

En este caso, los científicos realizaron un seguimiento de más de 1300 personas con distintas dolencias musculares y articulares. Además analizaron las condiciones meteorológicas durante las semanas previas y posteriores a la aparición del dolor. En esas semanas. las temperaturas variaron desde los 5º C hasta los 32 ºC.

Tal y como detallan los investigadores, los resultados no mostraron ninguna relación entre el dolor padecido con la temperatura, la humedad, la presión del aire, la dirección del viento o la precipitación aunque sí con las temperaturas más altas, pero de ninguna relevancia para el estudio.

«La gente insistía en que las condiciones climáticas adversas empeoraban sus síntomas, por lo que decidimos continuar con un nuevo estudio basado en datos de pacientes nuevos con dolor lumbar y osteoartritis. Los resultados fueron casi exactamente los mismos. No hay absolutamente ningún vínculo entre el dolor y el clima en condiciones adversas «, defiende Chris Maher, miembro del Instituto George para la Salud Global en Australia e investigador autor del trabajo.

Humedad y dolor articular

Recientemente, la prestigiosa revista científica British Medical Journal ha publicado un artículo en el que se detalla que, con unos niveles de humedad muy altos, no se aumenta el dolor articular de los pacientes.

«No hemos constatado ninguna correlación entre la lluvia y las visitas al médico por dolor en las articulaciones o dolor de espalda «, señala Anupam Jena, investigador de la Escuela de Medicina de Harvard y autor principal del estudio.

«Como médicos, debemos ser sensibles a las cosas que nuestros pacientes nos dicen: el dolor existe con o sin lluvia. Sin embargo, es importante saber que, a nivel clínico, el dolor en las articulaciones no parece influir con el clima«, detalla Jena.

Millones de datos

Para llegar a estas conclusiones, el grupo de trabajo analizó los datos de visitas médicas e informes clínicos de más de 11 millones de usuarios entre 2008 y 2012 prestando especial hincapié en los síntomas que mostraban los pacientes antes, durante y después de los días con variaciones de humedad y fuertes lluvias.

Según los investigadores, los resultados no mostraron ningún vínculo significativo entre el dolor en las articulaciones y el clima lluvioso ya que el 6.35% mostraba dolor en los días lluviosos por el 6,39 por los días secos. “Con esta avalancha de datos, si hubiera un aumento clínicamente significativo en el dolor, habríamos esperado encontrar al menos un signo pequeño, pero significativo, del efecto. Sin embargo no fue así”, explica Jena.

Los expertos detallan que ese aumento de la percepción del dolor en los días con condiciones cambiantes tiene una explicación relacionada con la tradición y la creencia. “El cerebro bueno para encontrar patrones y estas creencias a menudo se autorrealizan. Si esperas que te duela la rodilla cuando llueve y no lo hace, te olvidas de ella. Pero si duele, culpas a la lluvia. Esa idea tiende a quedarse en tu mente”, defiende Jena.