8 gestos para hacer nuestro ritual de belleza sostenible

Transformar nuestras elecciones cosméticas de pies a cabeza puede contribuir no sólo a nuestra belleza, sino también a la salud del planeta

Este último año hemos vivido una pandemia y, dejando a un lado todo lo que ha implicado para nuestra salud y economía, podemos pensar que también ha traído algunas cosas positivas. Este impasse, ha llevado a más de uno a hacer un ejercicio de reflexión. Así como a inspirarse para tratar de contribuir lo menos posible a la degradación medioambiental. Uno de los primeros pasos en este proceso es empezar a hacer sostenible nuestra rutina de belleza.

¿Y qué mejor sitio para empezar que por nuestro baño? Y es que, la cantidad de envases que consumimos diariamente es tremenda y gran parte de ellos provienen de nuestros productos de belleza. En un año cada uno de nosotros usamos más de 50 envases de productos de higiene (geles, cremas, champús, desodorantes, maquillajes, etc…). Esto significa que multiplicado por los más de 7.000 millones de habitantes del planeta es … una cifra devastadora.

Con semejantes resultados, no es de extrañar que cada vez sean más las empresas del sector de la belleza que hayan decidido generar una serie de cambio. Lo han hecho empezando precisamente por los envases, tratando de buscar que sean reciclados y reciclables. Pero también los consumidores hemos querido sumarnos al cambio ya que transformando nuestros cuidados, podemos hacer nuestro ritual de belleza sostenible mientras cuidamos del planeta.  

Para ponerte manos a la obra y aportar tu granito de arena te dejo estos sencillos consejos:

Ingredientes para tu ritual de belleza sostenible

Todos los productos que usamos para lavar y nutrir nuestro cuerpo y cabello acaban finalmente en el desagüe. Por ello, es importante apostar por cosméticos cuyos ingredientes no generen residuos que contribuyan a lesionar los océanos. Asimismo, lo ideal es apostar por productos elaborados con materias primas de proximidad y cuya obtención sea responsable con los entornos de los que se extrae.

Envases reciclados y reciclables

Cada vez más firmas están transformando sus envases para poder limitar su huella de carbono y apuestan por materiales como cartón, vidrio o plástico reciclados, opciones que a su vez pueden ser nuevamente recicladas.

Apuesta por la cosmética sólida

Algo tan sencillo como apostar por las pastillas de gel y champú sólidos contribuye enormemente a evitar la producción de botellas de plástico.

Copa menstrual

Cada vez son más mujeres las que se animan a probarla porque ofrece múltiples ventajas en relación a las compresas y tampones tradicionales. Entre otras, que en su composición hay cero productos químicos, aguanta más que un tampón, es más ecológica, mas cómoda de llevar e infinitamente más barata, ya que bien cuidada, una copa menstrual cuyo coste medio son 20 €  puede durar hasta 10 años frente a los 59 euros anuales que supone el gasto en compresas convencionales. Para las que todavía no se atrevan, existen las bragas menstruales.

Elige discos reutilizables o muselinas ecológicas

Si eres usuaria de toallitas desmaquillantes, debes saber que, además de no resultar amigables para el entorno, especialmente porque suelen ser desechadas por el inodoro, no resultan ni siquiera eficaces y suelen resultar muy agresivas para la piel.  Los discos desmaquillantes tampoco son la mejor alternativa ya que suponen un gran despilfarro de algodón.

Las opciones reutilizables permiten muchísimos usos y eliminan eficazmente las impurezas del rostro dejando la piel perfectamente limpia y suave, haciendo sostenible nuestro ritual de belleza.

Cámbiate a las cuchillas no desechables

Si optas por las de larga duración elaboradas en acero y con cuchillas intercambiables contribuirás a no generar basura ni plástico innecesario, ahorrarás dinero y conseguirás un buen depilado. Lo mejor de todo es que son muy resistentes y, si se cuidan con cariño pueden ser prácticamente eternas.

Cepillo capilar de bambú

Los cepillos con cerdas de madera ayudan a controlar el encrespamiento porque eliminan la electricidad estática y además, estimulan la circulación del cuero cabelludo. Además, la madera es biodegradable, por lo que al final de su vida útil no genera residuos.

Último paso de la rutina de belleza sostenible: reciclar

Huelga decir que el WC no es un contenedor donde podamos tirar algodones, bastoncillos, pelo, uñas, lentillas, preservativos o productos de higiene femenina sin ningún miramiento. Tirar cada cosa en su contenedor correspondiente, además de preservar el medioambiente, ayudará a evitar atascos indeseados.