7 fórmulas para enseñar a tus hijos a ahorrar energía

Hay pequeños detalles diarios que olvidamos enseñar y que son grandes formas de ahorrar energía en casa para niños

Ellos son la generación del smartphone. Bueno, en realidad, son los reyes de casi todos los dispositivos electrónicos que hay en casa, y los que nos han enseñado a utilizarlos. Han sido los primeros en usar las aplicaciones para seguir sus tareas diarias online con la aparición de la pandemia del COVID-19.

También han sido los primeros en hacer quedadas múltiples virtuales con sus amigos. Nos han enseñado a hacer post en Instagram o vídeos para Tik Tok. Pero ¿saben cómo ahorrar energía? Hoy compartimos con vosotros siete fórmulas para enseñar a tus hijos a ahorrar energía.

1.- Concienciar con argumentos

Si necesitamos cifras impactantes para que empiecen a escucharnos y pensar, aquí van varias que facilita un informe publicado por The Shift Project sobre las tecnologías digitales en general:

• Son responsables del 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), una de las principales causas del cambio climático. Es decir, que supera las del transporte aéreo civil.
• De seguir creciendo, de aquí a 2025 podrían suponer el 8% del total de emisiones.
• Incrementan su consumo energético un 9% al año.

2.- Es como ahorrar datos en el smartphone

Una forma de que comprendan lo importante que es el ahorro de energía es compararlo con la forma en la que administran la batería y los datos de su smartphone ¡Están pendientes de no quedarse sin ellas y las administran todo lo mejor que pueden!

Es como administrar los datos del smartphone. Es una forma de ahorrar energía porque a menos tránsito menos gasto

Pues bien, administrar los datos es una forma de ahorrar energía porque a menos tránsito menos gasto. Si somos capaces de trasladar esta idea al resto de aparatos de la casa que usan electricidad u otro tipo de combustibles habremos conseguido dar un gran paso adelante.

3.- Atención a los cargadores

Es muy frecuente que los niños siempre anden con prisa y que dejen el cargador conectado al enchufe sin el móvil cargando ¡Sigue consumiendo energía! Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, casi tanto como si se siguiera cargando la batería del móvil.

Dejar el cargador enchufado gasta casi tanta energía como seguir cargando la batería del móvil

4.- El truco de la regleta

Para que no se dejen los aparatos en ‘stand by’ o los cargadores enchufados, el IDAE también aconseja conectar todos los dispositivos a una regleta. El truco es apagarla por la noche. Podemos hacer esto mismo con el resto de enseres electrónicos de la casa. En el salón con lámparas, equipos de música, etc. En la cocina con la tostadora y la cafetera…

5.- Ojo a las notificaciones

Un buen consejo que les podemos transmitir es que no configuren que les lleguen notificaciones de todas las aplicaciones que tienen instaladas. Esto llama su atención para entrar, volver a interactuar y consumir energía a veces sin ser estrictamente necesario, según la Agencia de la Transición Ecológica francesa (ADEME).

6.- ¡Mejor ducha que baño!

No todo es digital y, quieran o no, a veces hay que dejar el móvil para ducharse, por ejemplo. Calentar el agua también gasta energía. De hecho, es lo que más gasta energía en el hogar después de la calefacción.

Según el IDAE, «un grifo abierto consume alrededor de 6 litros por minuto» y «en el caso de la ducha, este consumo se incrementa hasta 10 litros por minuto«. Este organismo recuerda que es mejor ducharse que bañarse. Esta costumbre consume cuatro veces más agua y energía. Y, por supuesto, es aconsejable no dejar el grifo abierto durante el cepillado de dientes.

Es mejor ducharse que bañarse. Esta costumbre consume cuatro veces más agua y energía

7.- Un consejo para nota: móviles éticos

En el mercado existen los denominados ‘móviles éticos’. Quizás gasten la misma energía en el día a día que cualquier otro según el uso que se les dé pero durante su vida útil su huella ambiental es menor.

Son dispositivos modulares: para alargar su vida útil, cuando falla una pieza, se puede cambiar fácilmente por el propio usuario, por lo que duran más. Todo se hace, además, cuidando especialmente los derechos laborales de los trabajadores.  

Además, se preocupan de que estén fabricados con materiales que denominan ‘libres de conflictos’. Es decir, que no provengan de una zona donde hay guerra o lucha armada que afecte a la minería y al comercio de los mismos.