5 tips para proteger tus ojos este verano

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Los químicos de las piscinas, la radiación solar o el abuso de los sistemas de climatización pueden dañar la salud de nuestros ojos.

La ola de calor de esta semana está dejando unas temperaturas muy elevadas y radiación extremadamente alta en gran parte del país. Un episodio que puede provocar importantes daños en la salud de las personas si no se toman las medidas adecuadas, especialmente en las zonas más sensibles del cuerpo, como son los ojos.

En esta época del año no solo aumentan las horas de luz, también se incrementa la radiación solar, lo que unido al mayor tiempo que pasamos al aire libre, los baños en las piscinas y playas o el abuso del aire acondicionado, puede generar unas condiciones que perjudiquen el funcionamiento normal de nuestros ojos e incluso derivar en patologías más graves.

Te ofrecemos cinco consejos para cuidar tus ojos y protegerlos en episodios de ola de calor.

1 – Cuidado con el aire acondicionado

Las altas temperaturas registradas estos días invitan a que nos refugiamos en lugares con aire acondicionado y a que pongamos un poco más fuerte si cabe el climatizador tanto en casa como en el coche para combatir el calor. Sin embargo, esta situación tan frecuente durante las olas de calor del verano puede provocar una mayor sequedad de los ojos.

De hecho, el aire acondicionado es uno de los principales factores de riesgo del síndrome del ojo seco, una patología muy frecuente en esta época del año que produce irritaciones y molestias.

Esto se produce porque los sistemas de climatización suelen eliminar la humedad del aire provocando una mayor sequedad ambiental. Así, la exposición excesiva en entornos en los que se utiliza el aire acondicionado con una intensidad muy alta puede generar una sensación de irritación ocular, picor, una menor secreción lacrimal y la pérdida excesiva de agua en los ojos.

Lo más importante es intentar evitar la exposición solar en las horas centrales del día

Para evitarlo, lo más adecuado es procurar que el aire del aire acondicionado no incida directamente en los ojos, mantenerlo a una temperatura óptima, entre 22ºC y 24ºC y conservar una hidratación adecuada con parpadeos frecuentes.

No obstante, llegado el caso, se puede recurrir al uso de lágrimas artificiales o algún otro tipo de producto evite la sequedad del globo ocular.

2 – Utiliza unas gafas adecuadas

Durante el verano, la intensidad de los rayos del sol y el aumento de las horas de luz provoca también se incremente el tiempo que estamos expuestos a la radiación ultravioleta con el consiguiente riesgo de padecer lesiones oculares.

En este sentido, lo más conveniente es recurrir a unas gafas con una homologación adecuada que garantice una protección correcta de la radiación ultravioleta de los rayos del sol que cumpla los estándares marcados por las autoridades europeas

Además, hay que tener en cuenta que el uso de gafas, tanto de sol como de vista, también protege de los elementos externos que pueden provocar pequeñas lesiones en los ojos como del polvo en suspensión o de otras partículas procedentes del aire contaminado. Una situación relativamente frecuente en los meses de verano.

En este sentido las gafas de sol de las marcas Carrera y Diesel ofrecen una alta protección con una combinación de calidad, estilo, elegancia con descuentos de hasta el 88% y desde un precio de sólo 17,90€ tanto para gafas de sol para gafas de vista.

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Por su parte, Ray Ban ha lanzado este verano unos productos con el diseño, cuidado y sello característico de la marca que van desde las gafas de sol más clásicas, como los modelos de Aviador, hasta los modernos y más vanguardistas modelos con monturas al aire y cristales de espejo con multitud de tonalidades.

De hecho, puedes encontrar estas y otras ofertas con las mejores marcas del mercado a un magnífico precio, ya sean de sol o de vista, en Showroomprivé en el siguiente enlace

3 – Sombreros y gorras para minimizar el impacto de la luz

Además de las gafas de sol, otra de las alternativas que se puede combinar con las gafas es el uso de un sombrero o gorra. Gracias a estos elementos, se genera una sombra permanente en el campo visual que minimiza el impacto de la luz e impide que los rayos ultravioletas del sol incidan directamente sobre los ojos.

Esta es una buena opción para dar largos paseos durante el atardecer o a primera hora de la mañana y proteger tanto la vista como la cabeza del calor y la radiación. En este sentido, lo más importante es intentar evitar, en la medida de lo posible, la exposición solar en las horas centrales del día, justo el momento en el que los rayos del sol inciden de forma más directa.

4 – Atención a las piscinas y playas

Por otro lado, cuando se producen olas de calor, una de las maneras más comunes de mitigar el calor es con un buen chapuzón en piscinas, playas y otras zonas de baño. Sin embargo, este acto tan frecuente y cotidiano durante el verano también puede provocar daños en los ojos de muchas personas por los agentes químicos, como el cloro, o los microbios que puede tener el agua.

En estos casos, y para evitar mayores riesgos, es conveniente recurrir a la utilización de gafas de natación, e incluso de buceo. Además, también es aconsejable lavarse la cara con agua dulce y limpia para eliminar los restos de bacterias y productos químicos en la zona de los ojos así como secarse de forma adecuada con una toalla de uso personal.

Con ello, se reduce al máximo el riesgo de aparición de enfermedades oculares y el contagio de otras patologías como la conjuntivitis también muy frecuente en verano.

5 – Procura evitar las lentes de contacto

Las lentes de contacto son muy utilizadas por aquellas personas que no quieren recurrir a las gafas de vista. Sin embargo, en época estival, especialmente si vamos a acudir a lugares como las piscinas, las playas o establecimientos que dispongan de aire acondicionado, las lentillas no son una opción recomendada.

En ambientes muy secos, pueden dificultar la oxigenación y perjudicar la humedad natural del ojo potenciando así la sequedad de los globos oculares por el efecto deshidratante que producen.

Asimismo, si se nada con ellas puestas, pueden ser un elemento de acumulación de microorganismos y otros elementos en los ojos, como son restos de arena, cloro, el agua o el propio sudor que pueden derivar en fuertes irritaciones y otras lesiones oculares.

Por ello, en estos meses del año, los expertos señalan que lo mejor es limitar las horas que pasamos con las lentillas puestas y procurando evitar llevarlas a las zonas de baño. Así, también evitarás que se estropeen por el impacto del sol, reducirás las irritaciones oculares y favorecerás la hidratación natural de los ojos.

Si a pesar de haber tomado todas estas precauciones se producen inflamaciones, molestias, picores e incluso infecciones en los ojos, lo más conveniente es mantener una correcta higiene de la zona y evitar mayores riesgos.

Además, llegado el caso, en ocasiones es necesario consultar a un profesional para que identifique el origen de esas molestias y nos indique el tratamiento o la solución más conveniente.