5 consejos para tener tu propio huerto urbano

¿Quieres cultivar tus propias hortalizas? Sigue estos consejos para empezar tu propio huerto urbano.

Marian

Marian

El sueño de toda persona estresada es llegar a la jubilación y retirarse a cultivar lechugas y cebollas en su pequeño huerto del pueblo. Pero como todo eso queda muy lejano, los ciudadanos de a pie tenemos que conformarnos con relajarnos plantando hortalizas en el balcón. Tener tu propio huerto en casa (o ‘huerto urbano’) no es tarea sencilla, y menos cuando esa casa es en realidad un cubículo microscópico en el que sólo cabe la cama, la vitrocerámica y la nevera, y todo de canto. No te preocupes, siempre se puede encontrar algún sitio donde cultivar a tus retoños (aunque ello signifique que tengas que vivir el portal), así que en eltiempo.es queremos darte algunos consejos para tener y disfrutar tu propio huerto urbano.

Fuente: http://blog.wkeducacion.es/

1. Elige bien lo que quieres cultivar. Son muchos los factores que tener en cuenta a la hora de elegir a los habitantes de nuestro huerto, que van desde la luz (recomendable que reciban un mínimo de 5 horas de luz al día) hasta el espacio que disponemos. Por ejemplo, no es recomendable plantar calabazas si vives en el cubículo del que hablábamos antes, ni cualquier planta en general si vives secuestrado dentro de un búnker. También es muy importante elegir los cultivos según la fecha en la que nos encontremos; puesto que ahora llegan meses de frío, las cebollas, guisantes, ajos o habas pueden ser una buena opción, ya que soportan muy bien el frío. Menudo sándwich más rico te va a salir.

2. Compra el material. Esto es muy importante, robarlo estaría muy feo. Necesitarás un recipiente donde vivirán tus hortalizas (elígelo según el espacio que dispongas), y un buen sustrato para que se alimenten bien. Lo ideal es que el sustrato sea orgánico, no vale que salgas una tarde al campo y cojas un poco de tierra, no tendrá los nutrientes necesarios. Éstos se consiguen a base de añadir estiércol, normalmente de caballo o gallina, (sí, lees bien, las plantas necesitan caca para vivir), de modo que lo más sencillo es ir a alguna tienda o cooperativa donde te faciliten un sustrato ligero, poroso, y que ya tenga los nutrientes esenciales. Lo de disponer de tu propia fábrica de estiércol en forma de caballo para abonar la tierra queda descartado, no creo que te quepa en el cubículo.

Fuente: http://www.gastronomiaycia.com/

3. Planta las semillas. O compra un ‘plantel’ con las semillas ya germinadas, que quizá para los primerizos sea lo más sencillo. Esta también es una buena opción para los impacientes, porque no tendrán que esperar para ver algo verde en la maceta, y además son más resistentes a las plagas. Si te decides por plantar tus propias semillas, lo ideal es llenar pequeños recipientes de sustrato (un yogur vacío, por ejemplo) y poner a no demasiada profundidad unas 8-10 semillas; éstas pueden ser diferentes, pues en cuanto germinen (tardarán varios días, depende de la hortaliza) habrá que trasplantarlas para que crezcan solas. Las plantas es que son muy suyas y necesitan su espacio.

4. Riega. Es muy importante mantener una humedad constante, pero sin ahogarlas. Ten en cuenta que en la mayoría de los casos, es mejor quedarse corto que pasarse, y también mejor regar poco muchas veces, que mucho todo de golpe. Para las hortalizas que todavía están en el semillero, con regarlas una vez al día será suficiente, preferiblemente por la mañana. Cuando ya son adolescentes, hay que estudiar a cada planta para ver cuánta agua necesitan. Lo más cómodo es instalar un sistema de riego por goteo, o hacerlo de forma manual con una regadera, que siempre queda muy bohemio. O puedes combinar ambos, contratando a un amigo muy aburrido para que se pase el día con la regadera de metal y el sombrero de paja, regando gota a gota tu pequeño huertecito.

5. Recolecta los frutos. Esta es, sin duda, la mejor parte. Dependiendo de lo que hayas plantado, tendrás que recolectar antes o después: lo irás viendo sobre la marcha. Si tus hortalizas no han muerto ahogadas, secas, o pisoteadas en un descuido, irás viendo cómo van creciendo y pareciéndose poco a poco a eso que compras en el súper. Por fin podrás comer tomates con sabor a tomate.

Fuente: http://biorganicfoods.com/