2020 podría convertirse en el año más cálido de nuestros registros

Mar Gómez

Mar Gómez

Sin llegar aún al ecuador de este 2020, muchos expertos ya creen que este año podría batir todos los récords.

Los últimos 10 años han marcado una década de temperaturas récords sin precedentes. De los diez años mas cálidos, siete han sido en este siglo: 2015,2016,2017 y 2018 se encuentran en el podio de años más cálidos de nuestra historia reciente.

Este invierno 2019/2020 ha sido el más cálido en Europa y las temperaturas siguen aumentando por lo que los expertos no descartan ya, apenas a mitad de año, que este 2020 se convierta en el año más cálido de nuestros registros.

Al menos así lo ha publicado ya la NOAA (Administración Nacional Atmosférica y oceánica estadounidense). Según sus análisis este año 2020 tiene una probabilidad del 74.67% de ser el año mas caluroso, una probabilidad del 99.94% de situarse entre los cinco primeros y mas del 99.99% de estar entre los 10 primeros.

El MetOffice, el servicio meteorológico británico, también ha estimado que la probabilidad este por encima del 50% y el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, en Nueva York público su propio informe estimando esta probabilidad en un 60%.

Pero, ¿menos emisiones y año más cálido?

A pesar de que las emisiones bajarán este año las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) continuarán aumentando y esto tiene una repercusión directa sobre el calentamiento global.

Como hemos comentado en anteriores ocasiones para poder experimentar un descenso importante en los niveles de CO2 necesitamos experimentar al menos una tasa de reducción en sus emisiones del 10% anual.

Este gas tiene un período de residencia en la atmósfera que va de décadas a siglos por lo que para poder reducir las concentraciones es necesario cesar las emisiones durante un mayor tiempo.

De hecho, recientemente se ha observado que las concentraciones de este gas medidas en el observatorio de Mauna Loa, en Hawái han sido incluso superiores al año pasado. En el observatorio de Izaña, en Tenerife la concentración de dióxido de carbono ha vuelto a registrar un máximo histórico, confirmando la tendencia de crecimiento a nivel mundial.