12 de mayo de 1886: El tornado de Madrid que causó 47 muertos

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Un tornado cruzó la ciudad de Madrid de sur a norte causando destrozos materiales y personales.

Tal día como hoy, el 12 de mayo de 1886, la ciudad de Madrid vivió uno de los eventos meteorológicos más recordados de su historia: un tornado que arrasó la capital, destrozó edificios, árboles y causó 47 muertos.

tornado en madrid

El Palacio de Vistalegra y sus jardines destruidos. Grabado de La Ilustración Española y Americana.

“En la tarde del 12 del actual mes de mayo a las siete estalló sobre Madrid una tempestad violentísima, seguida de un ciclón, huracán o tornado que recorrido determinada zona de la capital y sus afueras destruyendo y arrasando cuanto encontraba a su paso”, relataba un artículo escrito en la revista La Ilustración Española y Americana de ese mismo año.

Un estudio publicado en la revista Atmospheric Research en 2007 considera el tornado de Madrid de 1886, en función de los 47 fallecidos que causó, como “el peor tornado en los últimos dos siglos en España” aunque esos gran parte de esos fallecimientos fueron por el derrumbe de los edificios en los que los afectados se refugiaban del virulento fenómeno.

La trayectoria de la parte más violenta del tornado medía unos 14 km

Un tornado que se originó en  Carabanchel y alcanzó el centro la capital en pocos minutos, cruzando todo Madrid de suroeste a noreste. “El tornado, probablemente, debió tocar tierra algo antes de llegar a Carabanchel Alto y siguió por Carabanchel Bajo hasta la ribera del Manzanares. Afectó el núcleo urbano de un modo muy importante porque son contadísimas las casas que no han sufrido desperfectos de consideración, según la prensa”, detallaba Miquel Gayá, investigador meteorológico y autor único de esa publicación.

Los datos recabados Gayá cifran el número de fallecidos “más probable” por este fenómeno en 47, la mayor parte de ellos perecieron “por colapso de las estructuras en las que se refugiaron: casas o muros y algunas fallecieron al sufrir sobre ellos la caída de árboles, o el vuelco de carruajes”.

Por su parte, los cálculos realizados por uno de los pioneros de la meteorología en España, Augusto Arcimís, indicaban que “la trayectoria de la parte más violenta del tornado medía unos 14 km y su sección horizontal podría estimarse en unos 1300 metros como máximo”, tal y como publicaba La Ilustración Española y Americana en 1886.

Daños en el Retiro y Jardín Botánico

Los artículos en la prensa en los días posteriores al tornado de Madrid describían cientos de incidencias, destrozos y afectados tanto en barrios, viviendas, edificios representativos o parques y jardines. Según el diario El Correo, “un fenómeno rarísimo prueba la violencia del huracán. Uno de los tranvías, que conducía 14 personas, fue sacado de la vía y volcado completamente, resultando los viajeros con contusiones. Un carro fue destrozado completamente, habiendo desaparecido las ruedas, sin saber dónde han ido a parar.”

“Los daños en el Jardín Botánico y en el Retiro se decribieron con toda riqueza de detalles y muchos árboles fueron arrancados o partidos”, escribía Gaya.

El centro peninsular, una región escasa de tornados

Miquel Gaya también destacaba en este artículo que la zona del centro de España no es una región “extremadamente propensa a tener tornados” pero recordaba que ni era el primero ni ha sido el último. “A pesar de ello, los tornados son considerados como ajenos a nuestra geografía y suelen ir, cuando se producen, de adjetivos u otros modificadores semánticos (mini, pequeño, semejante a… etc.) para diferenciarlos de los verdaderos, los Norteamericanos”, detallaba en su artículo.