Día de la Meteorología: ¿por qué a veces no acertamos?

La meteorología no es una ciencia exacta y muchos os preguntáis cómo es posible que hoy en día, incluso con todo el avance tecnológico que tenemos no sea 100% fiable.

Mar Gómez

Mar Gómez

La meteorología no es una ciencia exacta y muchos os preguntáis cómo es posible que hoy en día, incluso con todo el avance tecnológico que tenemos no sea 100% fiable

Seguro que muchos recordamos esta escena de la famosa película Jurassic Park. En ella, uno de los protagonistas, matemático, explica cómo un pequeño cambio en las condiciones iniciales (imperfecciones en la piel) puede provocar cambios en el movimiento de una gota de agua que se desliza sobre ella.

Habla de la teoría del caos, una teoría descrita por primera vez por Edward Norton Lorenz, que estudia el comportamiento de sistemas dinámicos, en los que pequeños cambios en las condiciones iniciales se propagan y dan lugar a unas desviaciones que son cada vez mayores.

Es precisamente en esta teoría en la que se basa la meteorología. Sabemos que la atmósfera es un sistema caótico y que un pequeño cambio puede provocar cambios mucho mayores.

Es lo que llamamos el efecto mariposa que lleva asociada la famosa frase del meteorólogo Philip Merilees de 1972: el aleteo de una mariposa en Nueva York puede desencadenar un tifón en China.

Lo que quiere decir es que un pequeño cambio en el estado inicial de la atmósfera puede desembocar en grandes modificaciones. Nos lo podemos imaginar como el efecto que sucede cuando tenemos muchas piezas de dominó paradas en el mismo sentido y una persona mueve la primera y se empiezan a caer las que le siguen.


Un pequeño cambio en el estado inicial de la atmósfera puede desembocar en grandes modificaciones

Otro ejemplo es la perturbación que se produce en una montaña cuando alguien pasa sobre ella y crea una perturbación que puede dar lugar a una avalancha.

Además, la meteorología está basada en una serie de ecuaciones no lineales esto quiere decir que no tienen una solución concreta, sino que su solución es aproximada de tal forma que arrastran en su resolución un error. Este error será mayor a medida que avancemos en el tiempo ya que irá arrastrando sucesivos errores.

Para poder encontrar una solución a esas ecuaciones se utilizan ciertos supercomputadores que se basan en la información que reciben de satélites estaciones meteorológicas radar, etc.

Para que nos hagamos una idea, cuando Mariano Medina presentaba el tiempo recibía datos en el Atlántico del famoso barco k mientras que ahora nos lo proporcionan miles de barcos y aviones a lo largo de todo el planeta.

Hemos aumentado por lo tanto el número de observaciones, algo que ayuda a que las condiciones iniciales sean mucho más óptimas, y por lo tanto la solución a esas ecuaciones mucho más acertada.  


En la actualidad más de 10.000 estaciones meteorológicas de superficie, automáticas o dotadas de personal, 1.000 estaciones en altitud, 7.000 buques, 100 boyas fondeadas y 1.000 boyas a la deriva, cientos de radares meteorológicos y 3.000 aeronaves comerciales especialmente equipadas miden a diario parámetros clave de la atmósfera, la tierra y la superficie del océano Fuente: OMM

En resumen, las ecuaciones han sido y son las mismas que hace décadas, pero lo que ha evolucionado ha sido la velocidad de cálculo de ahí que cada vez las previsiones sean algo más fiables.

De este modo cuanto más cercana en el tiempo sea la previsión menor va a ser el error y más alto va a ser el porcentaje de acierto. La probabilidad de error va aumentar a medida que pasen los días precisamente por esa propagación del error que llevan las ecuaciones en sí mismas.

La probabilidad de acierto disminuye considerablemente cuando pasamos del tercer o cuarto día en la previsión.

Sin embargo, todo depende también de la situación meteorológica que tengamos y de la época del año en la que nos encontremos.

Por ejemplo, no es lo mismo hacer una previsión en primavera que en verano; tampoco es lo mismo hacer una previsión de un frente asociado a una borrasca que entra por nuestro país que analizar el comportamiento de un embolsamiento de aire frío o una DANA, algo mucho más complicado porque conlleva una mayor incertidumbre.

De este modo, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de una previsión a un día vista podemos tener una fiabilidad de hasta el 90%, en torno al 80 o 70% cuando hablamos de previsiones de 3 a 4 días y la probabilidad baja mucho cuando ampliamos este rango pudiendo tener a una semana vista una probabilidad de tan sólo el 40%.